Es otoño. Aparecen las lluvias, el aire se enfría, los colores del paisaje combinan tonos acogedores. Como arte de magia surgen setas y con ellas miles de personas salen en su búsqueda. A quién no le gusta ir a la montaña a buscar robellones para luego comerlos a la brasa, acompañando una carne, en un risotto o con ajo y perejil.
El turismo micológico se basa en esa actividad tradicional tan simple de ir a por setas al monte que en los últimos años se ha potenciado tanto que algunas destinaciones se han visto obligadas a regularlo. Los bosques de Tarragona son el escenario perfecto para perderse en busca de esos pequeños placeres que crecen bajo la sombra de los árboles.
Con una extensión de más de 300 Km2, las montañas de Prades es uno de los espacios emblemáticos de la provincia de Tarragona para encontrar setas. Robellones, llanegas, negrillas, setas calabaza, oronjas, rebozuelos o escarlatas, son algunos de los numerosos ejemplares que se pueden recoger en estos paisajes. Uno de los lugares más indicados en nuestra misión es la Sierra de la Mussara.
Tarragona cuenta con varios rincones donde vivir el turismo micológicoEn las Terres de l’Ebre, el macizo de Els Ports supone el otro gran centro neurálgico de la caza de setas de la demarcación. Estas montañas presentan las características típicas de los bosques mediterráneos. Las lluvias de otoño hacen crecer setas de todo tipo en tiempo récord. Los más populares son los robellones, cabritos, llanegas, pero también encontramos garlandinos, bitxacs, negrillas o rebozuelo anaranjado.
A 8 kilómetros de Tarragona está el Bosque de la Marquesa acariciando el litoral de la Costa Daurada. La caminata transcurre por medio de un bosque de pino blanco, caminando se llega a la Playa Larga de Tarragona, y al revés termina en La Mora. Una zona interesante para encontrar níscalos, llanegas negras, lenguas de gato blancas y negrillas.
Otro de los lugares de la demarcación para encontrar setas es el bosque de ribera que envuelve el río Gaià. Allí se pueden ver barbudas, tubarias, setas de chopo y psatirelas blancas.
Conscientes de estos regalos para el paladar que andan sueltos por los bosques, son muchos los restaurantes de la provincia que apuestan por platos que llevan algún tipo de seta entre sus ingredientes. Con butifarra, en estofados, acompañando un rustido de pollo, con arroz, en forma de crema, las opciones de disfrutarlo son infinitas.
Tiempo de castañas y panellets
La tarde-noche del 31 de octubre, en la vigilia de Todos los Santos, Catalunya celebra la Castanyada. Una fiesta gastronómica que cuenta con la castaña y los panellets como protagonistas. Se trata de una fiesta sobre todo íntima que viven las familias, muchas lo celebran el domingo más cercano a la fecha. También tiene su versión fuera del hogar, con vendedores de castañas recién hechas en cada esquina, como un gran evento social de larga tradición.
Se pueden comprar o hacer los panellets en casa. Existen de varios sabores como chocolate, limón, coco, fresa o café, entre otros, pero el panellet estrella es el de piñones. Se prepara con una masa de almendras y azúcar que se recubre de frutos secos. Se trata de una elaboración sencilla con un resultado delicioso.