Que levante la mano quién no hay ido nunca a Pacha La Pineda alguna vez. La macrodiscoteca por antonomasia de la provincia de Tarragona vive su último verano. En diciembre cerrará sus puertas y se irá con la música a otra parte. Mala noticia para los bailongos de house y dance y para los nostálgicos que vacilan de que no se le escapaba una lenta agarrada los domingos por la tarde. Se les acaba el chollo también a los postadolescentes que gastan sus primera juergas y sus primeros ligoteos allí. Pero eso será en diciembre. La discoteca tiene ahora por delante dos meses a tope.
Su programación estival incluye a los grandes disc jockeys internacionales del momento. A los que más pegada tienen en todos los locales de ocio del mundo. Un cartel de lujo para los amantes de la electrónica y la música comercial. La fecha clave será el 13 de agosto: ese día pasará por el escenario de Pacha el estadounidense de origen japonés Steve Aoki, el cuarto DJ mejor pagado del mundo –el primero es Calvin Harris–. En 2014 pinchó ante más de 200.000 personas en el festival Tomorrowland, en Bélgica. Cuatro días antes estará en La Pineda otra megaestrella del mundillo, el holandés Afrojack, disc jockey y productor discográfico de música electrónica.
El 15 de agosto, la cantante rumana de house Inna y el productor, DJ y empresario barcelonés Brian Cross formarán un dúo explosivo. Cross es un habitual de la movida ibicenca, de hecho es el fundador del festival Popstar en Amnesia Ibiza. El verano se completará con Nervo (2 de agosto), Joachim Garraud (4 y 20 de agosto), Danny Romero (11 de julio) u Oliver Heldens (30 de julio).
Pero no todo son primera espadas. La discoteca de las dos cerezas tiene sus propios DJs residentes y sus diferentes espacios: la sala principal en la planta baja –la más cañeera–, otra más light con más variedad de estilos en la de arriba y una zona chill out en la terraza.
Pacha La Pineda, que forma parte del grupo empresarial B-Free Group (el mismo que gestiona Sol de Nit de Reus, La Gage y Pachito Salou), es un importante reclamo turístico, aunque también acusa la crisis. Desde hace varios años no abre los fines de semana en invierno y se ciñe sólo a la temporada estival y a eventos especiales, como fiestas privadas o conciertos organizados por promotores.