Illa buscará la ‘Vía Reus’ con Esquerra mientras Aragonès anuncia que lo deja

La prioridad de los socialistas pasa por trasladar al Parlament el deshielo que acordó hace un año con los republicanos tras las Municipales del 2023 y descartan investir a Carles Puigdemont

13 mayo 2024 20:20 | Actualizado a 13 mayo 2024 21:00
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La autopista más directa que tiene el PSC para recuperar la presidencia de la Generalitat de Catalunya pasa por Esquerra Republicana. Reeditando lo que ya sucedió en 2003 con Pasqual Maragall y en 2006 con José Montilla, el camino más recto que vislumbra ahora Salvador Illa para convertirse en el 133º President es trasladar a la Plaça Sant Jaume el deshielo con ERC que, hace un año, ya permitió a los socialistas sellar acuerdos para gobernar conjuntamente instituciones de primer nivel, como son la Diputació de Tarragona –en manos de ERC– o la de Barcelona –con presidenta del PSC–, así como los ayuntamientos de Reus o Tortosa, con alcaldes socialistas. Fuentes del PSC recalcan que, hasta la fecha, estos primeros 12 meses de pactos con Esquerra «aprueban con nota», destacando «la nueva apuesta de la Diputació por el ImpulsDipta».

Tras la jornada electoral de este pasado domingo, las urnas han determinado un claro triunfo de los socialistas, el primero en votos y escaños desde la recuperación de la democracia, con 42 diputados. Sin embargo, para recuperar 14 años después la presidencia del Govern, Illa deberá tender puentes con Esquerra, Comuns o, en última instancia, Junts, para superar la barrera de la investidura del mes de junio.

La vía directa: Tripartit

El Parlament se tendrá que constituir como muy tarde el 10 de junio, dentro de los veinte días hábiles siguientes a las elecciones. Una vez la cámara legislativa esté en marcha, el presidente de la cámara, dentro de los diez días hábiles siguientes, tiene que proponer un candidato a la presidencia de la Generalitat después de hacer una ronda de consultas con los representantes de las formaciones parlamentarias. El plazo de diez días acabaría el 25 de junio, incluido, si la cámara se constituyera el 10 de junio, agotando el plazo que tiene para hacerlo.

Para poder ser investido en primera vuelta, Illa necesitará los 68 votos de la mayoría absoluta. Para lograrlos, el camino más directo es reeditar el Tripartit con Esquerra y Comuns. En este punto, el gran debate interno lo tendrá Esquerra, qu deberá abordar si facilita un gobierno socialista en plena transición, después de que ayer el President Pere Aragonès (ERC) anunciara que no recogerá el acta de diputado y que deja la primera línea política.

En caso de que ERC y/o Comuns no dieran el ‘sí’ por discrepancias, por ejemplo, con el proyecto de Hard Rock, la segunda opción sería intentar un acuerdo de mínimos con Carles Puigdemont. Las dos fuerzas sumarían 77 escaños. Se trata de una opción poco problable, una vez que ayer el líder de Junts+ hizo público que se presentará a la investidura.

La tercera vía para el PSC en primera vuelta sería girar a la derecha y pactar con PP y Vox, sumando 68 votos. El problema sería, sin embargo, que esta opción complicaría la gobernabilidad de Pedro Sánchez (PSOE) en Madrid. Además, Illa ha indicado que Vox es una «línea roja», mientras que tampoco considera al PP como una formación «socialdemócrata» para formar «un gobierno transversal».

Puigdemont se presentará

Si Illa no consigue mayoría absoluta se puede someter a otra votación, dos días después, en la que será suficiente la mayoría simple: más votos a favor que en contra. En esta parte, con 32 votos en contra seguros (15 del PP, 11 de Vox, 4 de la CUP y 2 de AC), las opciones serían las mismas con sus 42 votos: Tripartit o Junts. Si en esta segunda fase Junts optara por el ‘no’, Illa debería tener el ‘sí’ de ERC y Comuns. Por contra, si le fallaran los Comuns y ERC, necesitaría el ‘sí de Puigdemont, que por su parte también ha anunciado que intentará ser investido.

Pese a ello, cualquier opción de éxito del juntaire pasaría por una abstención que el PSC ya descarta en la segunda vuelta, con una negociación de infarto para ligar la gobernabilidad en la Generalitat y el Gobierno Central, forzar un acuerdo de mínimos y evitar una repetición electoral a finales de octubre.

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