El Papa Francisco se encuentra desde la tarde de este miércoles ingresado en el hospital Gemelli de Roma, donde está sometiéndose a «algunos controles programados precedentemente», según informó en un escueto comunicado el Vaticano. La necesidad de liberar su agenda durante el tiempo «eventualmente necesario» para realizar esos controles llevó a la Santa Sede a cancelar las audiencias y eventos que tenía programados en los próximos días.
El diario Corriere della Sera señaló que habrían sido los problemas de corazón y respiratorios los que propiciaron que Jorge Mario Bergoglio, que cumplió 86 años el pasado mes de diciembre, tuviera que ser llevado en una ambulancia al citado centro médico. Durante la mañana, el Pontífice presidió la habitual audiencia general de los miércoles, tras la cual mostró señales de agotamiento que se habrían agravado a última hora de la mañana, por lo que canceló la entrevista que tenía previsto conceder por la tarde a un programa de televisión italiano.
Fuentes sanitarias consultadas por los medios locales consideraron que la situación del Papa «no es preocupante», aunque parece probable que tendrá que pasarse un tiempo hospitalizado para controlar continuamente su evolución y pasar varios exámenes. Habría sido sometido ya a diversas pruebas para descartar los problemas más graves y, por el momento, su saturación es buena.
«Puedo morir mañana»
En una entrevista que concedió a la agencia Ap el pasado mes de enero, Bergoglio aseguró que se encontraba bien de salud. «Por la edad que tengo, estoy normal. Puedo morir mañana, pero vamos, está controlado», comentó entonces, reconociendo que le había vuelto el problema de la diverticulosis, de la que tuvo que operarse en julio de 2021 en el hospital Gemelli de Roma. Le extirparon entonces 33 centímetros de colon y tuvo que permanecer diez días ingresado.
En los últimos años Francisco ha sufrido además problemas de movilidad debido a los fuertes dolores que sufre en una rodilla, lo que le llevó a cancelar varios eventos de su agenda durante 2022 y a tener que utilizar una silla de ruedas. Esta falta de ejercicio le ha provocado un aumento de peso que podría haber tenido consecuencias en las dificultades de corazón y respiratorias de este miércoles.
José Luis Narvaja Bergoglio, sobrino del Papa y jesuita como él, reconoció con humor en una reciente entrevista con este diario el cambio físico sufrido por su tío. «Se ha puesto muy gordo. Dos ‘Bergoglios’ de la época de Buenos Aires equivalen a un Francisco de ahora», comentó Narvaja, justificando esta situación por sus dificultades para caminar, algo que le encantaba hacer cuando era arzobispo de la capital argentina. «Tiene la carrocería medio averiada, como se ve. Pero mantiene la cabeza lucidísima», aseguró el sobrino del Papa en la entrevista, publicada a principios de mes con motivo del décimo aniversario del comienzo del pontificado de Bergoglio.
El inesperado empeoramiento del estado de salud de Francisco se produce a cuatro días del Domingo de Ramos, con el que arrancan las celebraciones de la Semana Santa, el período litúrgico más importante del año para los católicos.