Fue una acción fulminante. De apenas 10 minutos, según relataron a los Mossos d’Esquadra los vecinos de la zona.
Ocurrió el pasado día 31 de agosto sobre las tres de la madrugada.
Los vecinos escucharon un gran estruendo en la Rambla Marinada de Llorenç del Penedès, un central paseo del municipio.
Un camión grúa se había estampado contra una sucursal bancaria, pero no era ningún accidente sino un alunizaje para robar el cajero automático.
La embestida destrozó la vidriera de la entidad y en cuestión de minutos por lo menos tres hombres lograron desencajar el cajero y cargarlo en el camión que había sido robado en L’Arboç.
Huida
Vecinos de la zona relataron sospechar que había otro vehículo que realizaría tareas de vigilancia ya que saltaron las alarmas de la sucursal.
Sin embargo pese a la celeridad de llegada de los Mossos, los asaltantes ya habían huido en dirección a Sant Jaume dels Domenys.
La investigación localizó el camión en un descampado de la localidad del Baix Penedès.
Sin abrir
También se encontró el cajero y algunas fuentes indican que los asaltantes no lograron abrirlo. Al parecer lo intentaron con una radial, pero el ruido alertó a los propietarios de una masía cercana que dieron aviso a la policía.
Ante esa situación los aluniceros optaron por huir de la zona.