El cierre del comercio de Les Amèriques de L’Arboç, con 113 años de historia, ha sorprendido a muchos. Y ha vuelto llevar la mirada a losalto del edificio donde está la figura de Colón con su dedo señalando a las Américas.
Esa estatua tiene una singular historia de exposiciones universales, regalos de boda y mutilaciones para que el descubridor fuese rojo.
El edificio de Les Amèriques data de 1922. En ese terreno de la calle Major había habido otro inmueble que fue derribado. Fueron los abuelos del actual propietario, Josep Maria Jané, quienes compraron aquella vieja casa y decidieron demolerla para levantar una nueva construcción.
Ya en tienda en la calle Major
Inicialmente fue una casa con su cocina y comedor en la parte posterior y un espacio para la tienda en la delantera. El negocio fue bien y permitió la compra de dos casas más en la calle Missers junto a la Major.
En 1982 se hicieron obras para juntar las tres casas conservando la fachada y las tres plantas, donde destaca el balcón y los ventanales, pero sobre todo la estatua de Colón que corona el edificio.
La estatua presidió el stand de Tabacos Gener en la Exposición Universal de Barcelona
Es una maqueta de la estatua del Portal de la Pau de Barcelona y que compró Gerner Batet, un indiano de L’Arboç que hizo fortuna en las Américas.
Esa figura estuvo en la exposición Universal de Barcelona de 1888 en el stand de Tabacos Gener, del indiano Gener Batet . Con 2,10 metros de altura y hecha de madera con una capa matálica es obra del escultor Rafael Atché.
En el palacio
Cuando acabó la muestra no se sabía qué hacer con ella. Gener Batet la compró y la guardó en el palacio que levantó en la localidad. El Colón se quedó en la casa cuando fue adquirida por los hermanos salesianos para convertirla en residencia.
Josep Maria Jané, fundador de Les Amèriques, se enamoró de la pieza y consideró que podría lucir en lo alto de su comercio y quiso comprarla, pero rechazaban sus ofertas. La estatua fue regalada a la escuela religiosa del municipio.
El archivero de L’Arboç, Josep Maria Jané, solicitó entonces la pieza a la comunidad para que no se perdiera, Los hermanos argumentaron que tenían que consultarlo con sus superiores.
La comunidad religiosa decidió entregar la estatua como regalo de bodas.
Sin embargo, al volver del viaje de bodas, Jané se encontró con una carta en la que le decían que los hermanos salesianos, como regalo de boda, le entregaban la figura de Colón.
Como curiosidad: En la guerra civil, L’Arboç era un punto republicano de la FAI. El palacio de Batet, que fue levantado en 1877 y ampliado en 1889, se salvó relativamente de las incursiones y del expolio gracias a que en ondeaba la bandera cubana.
Pero los milicianos entraron un día y se encontraron con el Colón y su brazo extendido señalando a las Américas. «Le cortaron el dedo de un cuchillazo», recordaba el historiador Josep Maria Jané. «Entonces alguien dijo que así, con el puño cerrado, ya era uno de los nuestros».
La estatua está en lo alto del edificio de Les Amèriques desde 1951.