Diversos pastores del Camp de Tarragona denuncian el robo de más de 300 cabezas de ganado en 2024. Las comarcas más afectadas son la Conca de Barberà, el Alt Camp, el Baix Camp y, también, las Garrigues en Ponent. Esta problemática persiste desde principios de año, lo que ha llevado a numerosos ganaderos a instalar videovigilancia e incluso dormir junto a los corrales para evitar nuevos robos.
La situación ha resultado ser “insoportable”, como denuncian desde la Federació d’Entitats Catalanes de Ramaders d’Oví i Cabrum (FECOC). Su presidente, Xavier Rivera, insta a las administraciones a “poner manos a la obra”. Aunque se han reunido con los Mossos d’Esquadra, los robos “siguen ocurriendo”, lamenta Rivera.
Robos masivos y preocupación creciente
En enero, Pere Domènech sufrió el robo de más de 200 cabras y ovejas en una sola noche. “Es una situación que nunca habíamos vivido, y no sabemos cómo ponerle fin. Hemos realizado las denuncias pertinentes, pero cuando menos te lo esperas, vuelven a atacar”, explica el pastor de Vimbodí i Poblet. En el puente de la Purísima, volvió a perder una veintena más. “Es como si hubieran aparecido lobos, pero de dos patas”, resume con indignación.
Domènech asegura que los Mossos d’Esquadra han identificado a algunos de los ladrones, pero están esperando sorprenderlos in fraganti.
Desde la FECOC, insisten en que estos hechos tienen “graves consecuencias para el mantenimiento de las explotaciones”. Rivera advierte que algunos pastores han optado por vender sus rebaños y abandonar la actividad ganadera debido a esta problemática. “Esto debe resolverse de forma inmediata”, concluye. La ACN contactó con los Mossos d’Esquadra, pero el cuerpo policial no ha respondido a la solicitud.
Dormir con el rebaño para protegerlo
Los ladrones han sustraído corderos y cabras de rebaños en localidades como L’Espluga de Francolí y Les Piles, en la Conca de Barberà; Mont-roig, en el Baix Camp; y Cabra del Camp, en el Alt Camp, entre otros municipios. “Es una forma de vida insostenible”, lamenta Domènech. Muchos pastores han instalado cámaras de videovigilancia y han optado por evitar dejar el rebaño en corrales alejados. Algunos incluso han comenzado a dormir junto a los establos, en furgonetas o viviendas adyacentes. “La mejor manera de vigilarlas eres tú mismo”, afirma.
Vivir como un perro
Domènech recuerda que, en el pasado, los corrales se alejaron de los pueblos para evitar molestias como los malos olores. Sin embargo, ahora deben sacrificar su vida familiar para vivir junto al ganado. “Vivimos como un perro”, agrega con frustración.
Para enfrentar esta situación, Domènech propone la posibilidad de sacrificar los animales directamente en los corrales, en espacios limpios y bajo garantías sanitarias. “Es preferible eso a que te los roben”, concluye, subrayando la desesperación que atraviesan muchos pastores en la región.