Huelga de transporte en Tarragona: Pocos usuarios y mucha resignación
Los conductores de autobuses se suman al parón con unos servicios mínimos del 40% del servicio habitual durante las horas punta y 20% el resto del día
Unos 200.000 trabajadores del transporte de viajeros, de autobuses de transporte urbano e interurbano, de autocares de servicio escolar o de grúa, de por carretera están llamados al paro este lunes con servicios mínimos del 50% a nivel estatal. Una huelga que también afecta a Tarragona.
La principal reclamación del sector es la jubilación anticipada por peligrosidad laboral, después de que sectores como los camioneros o los conductores de ambulancia -de mercancías y servicios sanitarios- sí alcanzaran un pacto para iniciar el proceso la pasada semana, descolgándose de la huelga. Tras ese pacto, el sector debe solicitar ahora el inicio del proceso para implantar el sistema de coeficientes reductores a la edad de jubilación de 67 a 60 años, conforme a la normativa.
Temor a no llegar
Pese a la huelga, la mañana ha empezado relativamente tranquila en Tarragona. Unas 30 personas han subido a este tercer bus de la mañana hacia Sant Vicenç de Calders desde Battestini. En este momento, el servicio está funcionando al 40% de su capacidad. Tranquilidad y resignación entre los usuarios, que esperan poder llegar a sus trabajos. En toda la zona de la estación hay menos gente de lo habitual.
Nieves Fernández se enteró ayer de que hoy había huelga. Todo el mundo tiene derecho a la huelga y si los servicios mínimos se cumplen tendremos que adaptarnos. Hoy salía antes de casa para poder llegar a Barcelona y celebrar el cumpleaños de su madre que cumple 89 años. Mucha gente ha cogido el coche.
Por su parte, Bosco Gimferrer, compadecía a los viajeros que a diario realizan el desplazamiento a Barcelona. No sé hasta dónde llegará la capacidad de aguante de los viajeros. La huelga no le ha impedido coger el autobús des de Tarragona a Sant Vicenç de Calders, como haver todos los lunes, a pesar de que no se enteró hasta el viernes por la tarde de la convocatoria
La lluvia dificulta aún más una operativa que algunos usuarios han intentado evitar cogiendo el coche
En Sant Vicenç de Calders hay autobuses, pero ya se están reduciendo las frecuencias al 20%, que son los servicios mínimos decretados, salvo en las horas punta, que alcanzan el 40%.
Una familia que iba a PortAventura, sin saber nada sobre la huelga, se ha visto obligada a esperar una hora y media, ya que no había autobús disponible. Se les informa que tendrán que tomar un taxi, esperar, o llegar hasta Vila-seca y buscar una alternativa.
“Normalmente cojo el coche y hoy decidí tomar el tren. No sé si lo volveré a intentar, porque además, con la lluvia, todos sabemos que siempre hay problemas,“ comentaba Marta Malet, de Molins de Rei, mientras esperaba el tren hacia Reus.
Cada vez que llega un tren, los usuarios son guiados en el vestíbulo de la estación y dirigidos a las diferentes líneas.
Horarios de festivo en la EMT
En la ciudad de Tarragona el seguimiento de la huelga, a la que solo estaban llamados los conductores, ha sido en torno al 40% en el turno de la mañana según fuentes del Comité de Empresa. Pese a ello el servicio ha funcionado como si fuera un domingo, lo que ha supuesto que hubiera muchas menos frecuencias. Desde la EMT señalaban que los servicios mínimos se estaban cumpliendo con normalidad.
La mayoría de los usuarios eran conscientes de la huelga, pero se quejaban de la imposibilidad de saber a ciencia cierta cuándo pasaría el autobús, ya que la web de la EMT y la aplicación se colgaron durante una hora y cuando se recuperaron no siempre estaban actualizadas.
Entre los que se quedaron varados esta mañana había muchos estudiantes, como los que se dirigían al Campus Educatiu, antigua Laboral. Una veintena de jóvenes veía con resignación como, pese a que había un autobús en la parada, debían esperar una hora hasta que saliera. “Lo siento, yo os llevaría, pero estamos en huelga”, se disculpaba el conductor.
Claudia Arán, una estudiante de La Selva del Camp, explicaba que tiene que coger tres autobuses para llegar a clases. El de su pueblo, que salía a las 7.30h., en realidad salió a las 8.30h. Una vez en Reus cogió otro bus a Tarragona y ahora debería esperar hasta las 11.30h. el transporte que le llevará hasta la Laboral. Además de perder clases, lo que más le preocupa es que sales a las 19 h. de clases y se teme que, con la huelga, se quedará tirada porque no podrá coger el último bus que lleva a su pueblo.
También había trabajadores, como Alba Cecilia Medina que se quejaba de que hacía casi una hora que esperaba el autobús de la línea 8. Le preocupaba porque trabaja en atención a domicilio y tiene que coger varios transportes para llegar a las casas donde tiene que ir a lo largo del día.
Además de la huelga, la lluvia ha complicado el tráfico, en especial en la Plaça Imperial Tarraco, lo que hace suponer que muchos usuarios apostaron por el coche particular. En la parada de taxis por momento no había ningún vehículo.
Desde la EMT de Tarragona confirmaron a primera hora de la tarde que 16 conductores han secundado la huelga esta mañana. Representan aproximadamente el 25% de los trabajadores del turno. Desde la empresa pública municipal de transportes aseguran que los servicios mínimos (que implican tener frecuencias como las de un domingo) se están cumpliendo.
En otros municipios
Por otra parte, los horarios publicados por Renfe como servicios mínimos para esta jornada de huelga suprimían los autobuses directos a Sant Vicenç de Calders desde las estaciones de Cambrils y Vila-seca. A pesar de ello, a lo largo de toda la mañana, los autobuses han circulado con normalidad y con la afluencia habitual de viajeros, según los informadores de Renfe. De hecho, ellos continúan guiando a los usuarios a las paradas habilitadas para el transporte alternativo por carretera como cualquier otro día.
En Vila-seca, dos grupos de turistas esperan bajo sus paraguas al próximo autobús, que llega unos minutos antes del horario previsto, a las 10h, y les sirve de cobijo hasta la hora de salida. Entre ellos, Wendy, vecina de Vila-seca, viaja a Barcelona por primera vez desde que empezó el corte ferroviario y todo le coge por sorpresa. «No suelo coger el tren. No sabía que había que ir un tramo en autobús ni que había huelga de conductores... ¿Pero a qué hora vamos a llegar? Si lo sé, cojo el autobús», lamenta.