Unos 10.000 vehículos al día utilizan el túnel del Coll de Lilla
Luces y sombras tras el primer mes de la llegada de la A-27 hasta Montblanc. Lo que más preocupa es la conexión con la AP-2
Un promedio de 10.000 vehículos circula a diario por el túnel del Coll de Lilla que enlaza Valls y Montblanc. Es uno de los datos que ha recogido la Unidad de Carreteras del Estado en Tarragona en este primer mes desde su entrada en funcionamiento, el cual pone de manifiesto el interés con el que se esperaba esta anhelada conexión desde el territorio.
El ahorro de tiempo, la comodidad y la mejora de la seguridad son algunos de los puntos a favor que señalan los conductores. Sin embargo, en el balance también aparecen muchos elementos de mejora, que indican que los deberes todavía no están acabados.
«La valoración es muy positiva y, por fin, podemos decir que tenemos una vía como es debida, pero no hace falta ser muy listo para ver que las rotondas que conectan la autovía con la N-240 son un problema y que el primer día que haya una operación turística importante, aquello quedará colapsado, como pasa en el desfiladero de La Riba», afirma el director general de la Federació d’Empreses d’AutoTransport de Tarragona (Feat), Josep Lluís Aymat.
Este es uno de los principales puntos de preocupación a corto plazo. De momento, todavía no se ha registrado ninguna operación salida que haya permitido poner a prueba la construcción. Pese a ello, resolver de una forma más eficaz la conexión con la N-240 es una de las asignaturas pendientes que presenta la nueva infraestructura.
Según los datos recogidos, un 10% de los usuarios del túnel son vehículos pesados. Esto teniendo en cuenta que el transporte de mercancías peligrosas mantiene la vieja ruta por la autopista y que algunos profesionales del sector no acaban de ver las ventajas de circular por la nueva carretera.
«Realmente esperábamos que el ahorro de tiempo sería más importante, pero son cinco minutos de reloj. La verdad es que me ha decepcionado un poco», indica el responsable de Trans Brugent. Esta compañía carga materia prima en el Port de Tarragona y la transporta hacía Aragón. Principalmente son cereales, lo que supone que los camiones cuando llegan a la boca de entrada del túnel «prácticamente tienen que ir a 40 km/h porque hay una pendiente muy pronunciada». En cambio, al llegar al otro extremo lo que se encuentran es «una bajada muy pronunciada hasta una rotonda muy peligrosa».
Partidarios y detractores
«Después de tantos años esperando una obra faraónica como esta, la verdad es que me esperaba más. Hay detalles que no se entienden», sigue afirmando este empresario. Antes de la inauguración del túnel, la flota de esta compañía utilizaba la C-14. Ahora han cambiado la ruta. «Por temas de seguridad siempre es mejor una autovía», dice. Pese a ello, indica que algunos transportistas «prefieren seguir pasando por Alcover».
No todas las voces son contrarias. Xavier Besora tiene una empresa de transporte en Montblanc, que principalmente hace el recorrido de vacío hasta el Port de Tarragona y descarga en Valls. Después de muchos años haciendo el viaje por la C-14 o dando la vuelta por la AP-2 hacia El Pla de Santa Maria hasta llegar a Valls, ahora prácticamente tienen una línea recta. «Hacía muchos años que lo esperábamos», indica.
Besora afirma que el consumo de combustible en este desplazamiento de Montblanc a Valls casi se ha reducido a la mitad. «El problema lo tienen los cereales que hacen el trayecto de subida cargados, pero debemos pensar que la obra todavía no está acabada», señala.
Este empresario defiende que «es una infraestructura moderna y bien hecha». «Tenemos Valls al lado y para llegar teníamos que hacer el puerto o dar la vuelta por El Pla», concluye.
Más allá del sector del transporte, los conductores que hacen este desplazamiento entre Montblanc y Tarragona a diario coinciden en que ha supuesto un antes y un después. «El túnel nos ha cambiado la vida. A lo mejor para una persona que de vez en cuando baja de compras o al cine el factor tiempo no es muy importante, pero cuando trabajas, diez minutos menos para por la mañana es mucho», dice Josep Maria.
Un tiempo que puede salvar vidas
Este vecino de la Vila Ducal lleva más de treinta años haciendo el trayecto desde Montblanc a Tarragona a diario. Había probado todas las rutas y alternativas, sin embargo, considera que «a nivel de consumo, desgaste del vehículo y seguridad» las ventajas que presenta el túnel «son un lujo».
Durante esta conversación explica una anécdota que vivió hace más de veinte años en la capital de la Conca. Allí se encontraron los exalcaldes de Tarragona y Montblanc, Joan Miquel Nadal y Josep Andreu. En aquellos momentos ya se hablaba de esta carretera y evidentemente es un tema que surgió en la conversación. «Recuerdo que Nadal dijo ‘cuando el túnel de Lilla esté hecho, Montblanc será el Pedralbes de Tarragona’. No sé si será Pedralbes, pero lo que sí sé es que se ha reducido muchísimo el tiempo», sigue explicando.
En algunos casos este tiempo es valiosísimo. Especialmente para los vehículos de emergencias, que desde la Conca de Barberà ahora tienen más cerca los centros hospitalarios de referencia, como el Pius Hospital de Valls. «El otro día pasaba y me encontré con una ambulancia. Desconozco si era vital o no, pero pensé que a lo mejor gracias al túnel se había podido salvar una vida», concluye este usuario.
¿Y hasta la autopista?
La autovía no está acabada. Faltan los poco más de 5 kilómetros para la conexión con la AP-2, que están en fase de estudio. Y esta es una cuestión que preocupa. «El día de la inauguración nos quedamos todos parados cuando le preguntamos por un calendario al jefe de obra de Acciona y nos dijo que perfectamente podría tardar diez años», lamenta el director general de los transportistas.
Esta es una de las patatas calientes que se encontrará el nuevo ministro Oscar Puente en el cajón, ya que desde Tarragona quiere seguirse presionando para evitar que se sigan dilatando los plazos.
El apunte
La semana que viene podrían adjudicarse las obras que permitirán eliminar las rotondas
El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible podría adjudicar la «semana que viene» el contrato de obras que permitirá una conexión directa del tronco de la autovía con la carretera N-240. Esto permitirá eliminar las dos rotondas que actualmente regulan las entradas y salidas, que desde su entrada en funcionamiento han sido sujeto de críticas.
La intervención forma parte de un paquete de mejoras, por valor de seis millones de euros, que el Ejecutivo Central sacó a licitación a mediados de septiembre. Entre estas se incluye la instalación de una planta solar fotovoltaica de 200 kW para alimentar las instalaciones del túnel, así como la conexión con fibra óptica del centro de control.
La reposición de los caminos Camp Magre y Vilaverd son otras de las intervenciones que se llevarán a cabo para acabar de completar este ambicioso proyecto. Esta última es una de las demandas de los vecinos de Lilla.