Prendado de Moulin Rouge (2001), satisfecho sin más en Australia (2008) y mediocomplacido con su particular adaptación de El gran Gatsby (2013). Así me quedé con la imagen de un cineasta que, seguramente, no deja indiferente a nadie. A medio camino entre la extravagancia más sobresaliente y la brillantez, Baz Luhrmann ha sabido marcar un estilo propio. El director australiano es de los que se toman su tiempo para hacer una nueva película. Entre 5 y 8 años, en muchos casos. Buena parte de una vida.
Y eso es lo que hace ahora con Elvis. Explorar la vida y la música de Elvis Presley (Austin Butler) a través del prisma de su complicada relación con el coronel Tom Parker (Tom Hanks), su enigmático manager. La historia profundiza en la compleja dinámica que existía entre Presley y Parker que abarca más de 20 años, desde el ascenso del icono de Memphis a la fama hasta su estrellato sin precedentes, en el contexto de la revolución cultural y la pérdida de la inocencia en Estados Unidos. Y en el centro de ese periplo está Priscilla Presley (Olivia DeJonge), una de las personas más importantes e influyentes en la vida de Elvis.
El ‘coronel’ Tom Hanks
Más de dos horas y media para profundizar en las andanzas del ‘rey del rock and roll’ bajo la lupa de Baz Luhrmann. Elvis relata la complicada relación que mantuvo el artista con el empresario que descubrió su talento y gestionó, entre aciertos y errores, su astronómica carrera. Un viaje por los altibajos, los aciertos y los fracasos de Elvis Presley, icono del ‘sueño americano’ y estrella global de la música que, durante toda su carrera, contó con un hombre de confianza que podía llevarse hasta el 50 % de sus ganancias.
En lugar de arrancar con su nacimiento o su infancia entre Misisipi y Tennessee, el filme comienza con un irreconocible Hanks en el papel de Tom Parker, también conocido como el ‘coronel’, un empresario circense que encontró en el joven Presley, su voz aterciopelada y su movimiento de caderas, el espectáculo definitivo para hacerse de oro.
Parker creó a Elvis Presley y lo acompañó en todo su periplo. Desde 1955, cuando tocaba como telonero en espectáculos ambulantes, hasta 1977, cuando murió con 42 años extenuado por el ritmo de conciertos que su representante contrataba y el músico nunca rechazaba.
Porque ante todo, la cinta es la historia de una estrella que nunca aprendió a decir no y de un representante que explotó el talento de Presley desde que, tras el éxito de su primera audición, le invitó a firmar un contrato por 200 conciertos, y que acabaría en la bancarrota y desarrollando hasta el final una adicción por los medicamentos.
Otros estrenos
‘Black Phone’
Buena película de terror ambientada en una ciudad de Colorado, en los años 70, donde un enmascarado secuestra a Finney Shaw, un chico tímido e inteligente de 13 años, y le encierra en un sótano insonorizado donde de nada sirven sus gritos. Cuando un teléfono roto y sin conexión empieza a sonar, Finney descubre que a través de él puede oír las voces de las anteriores víctimas.
‘Llenos de gracia’
La hermana Marina es enviada a principios de los años noventa a El Parral, un orfanato amenazado de cierre. A su llegada al colegio, los niñs están fuera de control, pero Marina capta su atención con su carisma y desparpajo. Los chicos comienzan a mirar con curiosidad a esta nueva monja.
‘El leopardo de las nieves’
En el corazón de las tierras altas del Tíbet, el fotógrafo Vincent Munier guía al escritor Sylvain Tesson durante su búsqueda del leopardo de las nieves. Lo inicia en el delicado arte de la observación, en la interpretación de las huellas y en la paciencia necesaria para localizar a los animales. Mientras, ambos celebran la belleza de la naturaleza.
‘Jug Jug Jeeyo’
Una historia ambientada en el corazón de Patiala (India) y, al igual que la ciudad, está llena de amor y risas, color y drama. Esta historia trata sobre la familia y sus valores, anhelos no resueltos y reconciliaciones inesperadas. Como buen producto de Bollywood, Jug Jug Jeeyo (algo así como ‘Larga vida y prosperidad’), tiene de todo.