La Formación Profesional (FP) es la modalidad educativa con más tirón en España. Con un millón largo de estudiantes, se ha sacudido casi por completo el falso prejuicio que durante décadas la presentó como una educación de segunda. Prueba de ello es el espectacular crecimiento vivido en el último lustro, con un aumento de matriculados superior al 30%, espoleado por la notable modernización de los estudios y la buena acogida del mercado laboral a sus técnicos y especialistas.
Si todas las cifras confirman que la FP es ya una sólida alternativa educativa para muchos jóvenes, entre otros factores por su alta empleabilidad, un estudio específico demuestra que seguirá siendo una fórmula de capacitación personal y laboral con un gran futuro, y una pieza clave para el desarrollo del tejido productivo español y de los servicios durante la próxima década.
De los catorce millones de oportunidades de trabajo que se calcula que surgirán en España en los próximos 11 años, hasta 2035, casi cuatro millones tendrán como destinatario un perfil laboral vinculado a las diferentes familias profesionales y especializaciones de la FP. En otras palabras: tres de cada diez opciones de empleo a medio y largo plazo serán para un titulado en Formación Profesional, según el trabajo elaborado por Dualiza, fundación impulsada por Caixabank, y por Orkestra-Instituto Vasco de Competitividad. La mayor parte de estas oportunidades serán para sustituir a técnicos que lleguen a la edad de jubilación, pero una de cada cinco serán empleos de nueva creación.
La investigación aclara que estos millones de oportunidades no se concentrarán en unas pocas ramas profesionales. El peso de los titulados en FP, defienden los expertos, crecerá prácticamente en todos los sectores y subsectores de la actividad económica española. Sus proyecciones apuntan a que habrá un incremento del peso de este tipo de titulados en 17 de los 20 sectores de actividad que diferencian los registros oficiales.
Apuntan que las áreas en las que se espera un mayor aumento de las posibilidades de empleo de estos técnicos y especialistas serán la industria de producción de bienes de consumo, donde representarán en una década el 41% de las plantillas. El porcentaje será similar al que tendrán en las actividades sanitarias y en determinadas áreas de los servicios. Donde se espera un menor aumento del peso que ya tienen estos titulados es en la construcción, en el área de energía eléctrica y gas y en la industria minera.