«La verdad es que cada vez cuesta más pagar el alquiler y obliga a hacer mayores sacrificios. No solo es que suba el precio, es que también sube demasiado el nivel de vida. Nosotros teníamos pensado intentar meternos en una hipoteca en el 2023, pero es que es imposible porque el ritmo de ahorro que tenemos no es suficiente como para afrontar una entrada». Es el testimonio de una pareja de reusenses de 31 años que ya llevan cerca de una década de alquiler en la capital del Baix Camp.
Su idea era hipotecarse este año, pero es imposible porque su capacidad de ahorro se ha visto claramente diezmada. Están entre la espada y la pared. «Ahora mismo ya no sabemos cuando podremos comprar una vivienda. Nos da rabia porque ahora más que nunca tenemos la sensación de que le estamos pagando la hipoteca a otro. Los primeros años estábamos de alquiler por decisión propia, pero ahora ya es por obligación», añade la pareja.
Por desgracia no es un caso aislado. Son muchos los inquilinos que se ven en esta situación. Los alquileres suben, pero sus sueldos no tanto y el nivel de vida poco a poco les va engullendo. El perfil más común responde a los jóvenes, pero en realidad nadie se escapa de esta pandemia inmobiliaria.
El 37% del sueldo de los tarraconenses se destinó al alquiler en 2022. ¿Suena potente verdad? Los números así lo indican. También reflejan que la subida respecto al 2021 es de un 4%. No son cifras aisladas, puesto que en España se ha pasado de un 40% a un 43%. La subida también es considerable. Los datos se han extraído del estudio ‘Relación de salarios y vivienda de alquiler en 2022’, basado en los datos de los sueldos medios de las ofertas de empleo de la plataforma InfoJobs y en los precios medios de la vivienda de alquiler del Índice Inmobiliario Fotocasa.
Sergio Nasarre, Director de la Cátedra UNESCO de Vivienda de la Universitat Rovira i Virgil, cree que estos datos son totalmente realistas y va más allá, no cree que tengan freno en el sentido negativo de la palabra. “El problema es que esta estadística del salario destinado al alquiler va a seguir subiendo. Las políticas de vivienda han impedido comprar y han forzado a alquilar de manera precaria».
¿Pero cuánto cobra un tarraconense medio? El salario bruto medio anual registrado por InfoJobs de los tarraconenses en 2022 fue de 23.541 euros, lo que supone solo un 0’6% más de crecimiento respecto al 2021. En otras palabras, y si se hacen los cálculos en finción del porcentaje del estudio de Fotocasa, si un tarraconense ganó de manera bruta al mes unos 1960 euros, de estos tuvo que destinar 725 euros al alquiler.
Por encima del 30%
Manel Sosa, abogado y experto inmobiliario, se muestra muy crítico con estas cifras: «No son números sostenibles. Se recomienda no destinar más del 30% del salario mensual al alquiler y aquí en Tarragona ya se está sobrepasando esta recomendación en un 7%. Por eso muchas personas dependen de su pareja o sus amigos para emanciparse. A veces incluso se tienen que ir con desconocidos para compartir gastos y eso hace que la palabra hogar tenga menos sentido que nunca».
Sin embargo, el problema no está solo en que el ascenso de los salarios sea mínimo y en consecuencia cada vez se destinen más a pagar el alquiler, el otro gran factor negativo es que los alquileres sí que suben de manera firme. En el 2021 el precio del metro cuadrado en Tarragona era de 8,16 euros y en el 2022 fue de 9,15 euros, por lo que en total ha aumentado hasta un 12%, siendo la undécima provincia de España que más lo ha hecho.
Las cifras están en puntos históricos sobre todo a nivel estatal y así lo confirma María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa: «El precio del alquiler se encuentra en su nivel máximo histórico, mostrando los incrementos más abultados de los últimos 17 años».
Para Nasarre esta subida se da por un factor que muchas veces pasa desapercibido, aunque responde de manera sencilla a la ley de la oferta y la demanda de toda la vida: «Tenemos que recordar que si los alquileres no paran de subir es porque la gente tiene la capacidad de pagarlos. Quizás hay que reflexionar sobre la capacidad de ahorro de sobre todo los jóvenes y sobre las políticas de vivienda que han dejado a la gente sin la posibilidad de comprar y les han arrastrado a alquilar en unas condiciones precarias».
Otras causas del incremento
El catedrático va más allá y enumera otra serie de razones que han subido el precio de los alquileres tanto en Tarragona como a nivel estatal: «A este punto se ha llegado por diferentes factores. Primero porque desde el 2011 apenas se construye. En segundo lugar porque el marco de seguridad jurídica es mínimo y eso provoca que haya propietarios que prefieran vender o hasta mantener sus pisos cerrados sin alquilar. Otra causa importante es que la nueva ley de la vivienda no genera seguridad y va a contraer todavía más la oferta».
Manel Sosa añade otro aspecto que juega un papel diferencial: «Cada vez se compran menos pisos y se alquilan más. Esto es porque el poder adquisitivo de muchas familias se ha visto reducido en consecuencia de la post crisis sanitaria y el incremento del precio muchos productos en la cesta de la compra».
El panorama es desolador y lo peor es que no apunta a cambiar. Desgraciadamente es la situación de muchas más parejas jóvenes y familias en general que están atrapadas intentando sobrevivir en un presente cada vez más caro que llena de incertidumbre el futuro. Comprar está caro, alquilar también. ¿Dónde está la solución?