La política energética española aplicada al sector edificios ha introducido medidas de actuación acorde con los objetivos y requerimientos de las Directivas 2002/91/CE, 2006/32/CE, 2010/31/UE y 2012/27/UE, sobre eficiencia energética de los edificios.
En el marco de esta política energética se han introducido medidas legislativas orientadas al uso eficiente de la energía en los edificios y la certificación energética. También se han establecido medidas de apoyo económico, mediante el desarrollo de líneas de financiación y de ayudas a través de los Planes de Acción de Ahorro y Eficiencia Energética (2005-2020) y los Programas Estales de Vivienda.
Se han adoptado asimismo medidas de cooperación, a través de disposiciones administrativas, para cogestionar las actuaciones entre los organismos responsables de la ejecución en colaboración con las Comunidades Autónomas.
Las principales líneas de actuación establecidas en el marco de la política energética nacional se centran en siete medidas con importante potencial de ahorro energético. La primera comprende la rehabilitación energética de la envolvente térmica de los edificios existentes. La segunda y la tercera abordan la mejora de la eficiencia energética de las instalaciones térmicas (calefacción, climatización y producción de agua caliente) y de iluminación interior.
La cuarta se dirige a la construcción de nuevos edificios con alta calificación energética, así como a la rehabilitación integral de edificios existentes. La quinta da continuidad a la cuarta medida y se centra en la construcción y rehabilitación de edificios para que sean de consumo nulo. La sexta comprende la mejora energética de las instalaciones de frio comercial. Y, por último, la séptima medida está enfocada en la renovación de electrométricos del hogar (IDAE, 2019).
Todas estas medidas se han ido desarrollando en los 5 planes nacionales de acción que se establecieron para el período 2005-2020. En estos planes, el diseño del Programa de Ayudas para la Rehabilitación Energética de Edificios existentes del sector Residencial, creado en 2013 y renovado posteriormente como PAREER-CRECE (2015) y PAREER-CRECE II (2017), ha sido una acción estratégica.
Pues, desde su nacimiento, promovió reformas que favorezcan la eficiencia energética, el aprovechamiento de las energías renovables y la reducción de emisiones de GEI en los edificios residenciales y en los edificios existentes cualquiera que fuera su uso (vivienda, administrativo, comercial, etc.).
Los recursos del Programa provienen principalmente del Fondo Nacional de Eficiencia Energética, el cual está dotado de los recursos del Fondo Europeo de Desarrollo Regional, también de las aportaciones de los sujetos obligados (empresas comercializadoras de gas, electricidad y productos petrolíferos al por mayor) y de las aportaciones provenientes de los Presupuestos Generales del Estado.
Con la mirada puesta en alcanzar los objetivos establecidos en la Directiva 2012/27/UE, este Programa prosigue concediendo ayudas para mejorar la eficiencia energética de la envolvente térmica de los edificios y de las instalaciones térmicas y de iluminación, como también la sustitución de energía convencional por energía solar térmica o energía geotérmica.
La inversión no ha sido poca en términos numéricos, pues la dotación inicial de 125,6 millones de euros del Programa fue ampliada en los años siguientes, siendo en 2018 de 78 millones de euros más. Con todo, este Programa aspira alcanzar un ahorro de energía final de 40.23 ktep hasta 2020 (Ministerio de Fomento, 2017).