El polo petroquímico de Tarragona sigue bien posicionado ante los retos que encara la industria química europea. En plena transición energética para alcanzar los objetivos marcados por la Comisión Europea para lograr hacer de Europa el primer continente climáticamente neutro en el año 2050 (pero con horizontes temporales mucho más cercanos, que fijan en 2030 transformaciones sustanciales en el sector industrial), el primer polo petroquímico del sur de Europa afronta el reto de la descarbonización y la transición energética con proyectos de referencia y buenas perspectivas de crecimiento.
Con producciones totales que en 2023 se situaron, según cálculos de la Associació Empresarial Química de Tarragona (AEQT), en los 20,6 millones de toneladas de productos petroquímicos, este clúster industrial es responsable hoy del 25% de la producción química de España y del 50% de la de Catalunya, con un grado de internacionalización notable, que hacen de este polo petroquímico una pieza central no solo en la economía del sur de Catalunya, sino también en el conjunto de la industria española y del sur de Europa.
El polo petroquímico de Tarragona, por sí solo, es responsable de alrededor del 1,5% del Producto Interior Bruto de España. Más de un centenar de productos químicos y un 50% de las exportaciones de la demarcación de Tarragona, con más del 60% de los movimientos del Port de Tarragona, son algunas de las cifras que exhibe.
En el conjunto de España, la industria química fue responsable en 2023 del 6,1% del Producto Interior Bruto (PIB) español, con una contribución conjunta de 82.493 millones de euros, según datos facilitados por la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique). De ellos, casi el 72,3% se facturan en mercados exteriores, con un peso creciente en países de fuera de la Unión Europea, lo cual sitúa al sector químico como el segundo mayor exportador de la economía española.
La industria química es líder también en innovación. El año pasado se destinaron más de 2.000 millones de euros a I+D+i, (excluidas compras) lo que supone una cuarta parte del total de la inversión privada en esta área. Además, uno de cada cinco investigadores del sector privado es contratado por la industria química para ejercer su profesión.
En el caso del polo petroquímico de Tarragona, la AEQT señala que, de los aproximadamente 500 millones de euros que anualmente invierte el sector de forma ordinaria (sin incluir aquí los grandes proyectos de inversión que están en marcha), a esas inversiones en I+D+i se suman, con alrededor de un 30% de esos 500 millones de euros, las partidas destinadas a mejoras de seguridad y protección del medio ambiente.
A estas inversiones van ligadas cuestiones como la descarbonización o la circularidad, donde el uso de agua regenerada es uno de los rasgos que distinguen, dede hace años, este polo petroquímico. En 2023, un 18,13% del consumo total de agua de las empresas adheridas a l a AEQT procedió de agua regenerada. Las inversiones en marcha cuentan con incrementar ese porcentaje, en esta década, hasta el 40% de consumo de agua regenerada o recirculada.