El debate sobre una posible prórroga del calendario de cierre de las centrales nucleares españolas se mantiene vivo, aunque oficialmente no hay propuestas sobre la mesa para realizar cambios, en un entorno de aumento de las tensiones geopolíticas.
El reloj de la cuenta atrás para el cierre escalonado de las centrales nucleares está en marcha, con la vista puesta en la central de Almaraz (Extremadura), que según este calendario pactado por las empresas y la sociedad pública Enresa en 2019, será la primera afectada en 2027.
En las últimas semanas se ha intensificado la conversación alrededor de esta planificación; con declaraciones de políticos, CEOE, sindicatos y de las propias empresas que abogan por ampliar las fechas del calendario pactado, que estipula un cierre escalonado entre 2027 y 2035. Asimismo, el PP ha registrado una proposición de ley en el Congreso de los Diputados para prolongar la vida útil de las centrales nucleares en España. Este partido ya llevó a debate una proposición no de ley, que fue rechazada en la Comisión de Transición Ecológica del Congreso de los Diputados.
Según explican fuentes del ministerio no hay novedades respecto a este calendario, ni existe una petición formal para ampliarlo. «Creo que es una forma de generar muchísimo ruido y, hasta el momento, no hemos visto una propuesta», señaló la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen, preguntada en una entrevista a finales de marzo sobre el debate surgido alrededor del calendario de cierre de las nucleares.
Según explican fuentes del mercado, la próxima reunión de CNAT -la agrupación de interés económico que gestiona las centrales de Almaraz y Trillo- será la segunda quincena de mayo, y ahí podría analizarse una propuesta de prórroga, sobre la que todavía no hay detalles. La propiedad de Almaraz está compuesta por un 52,7 % de Iberdrola, un 36 % de Endesa y un 11,3 % de Naturgy.
Según ha reiterado en diversas ocasiones la titular del ministerio de Transición Ecológica, son las empresas las que deben solicitar esta ampliación. Mientras que las compañías han insistido en que lo que buscan es un diálogo sobre el futuro de las centrales nucleares en España en un entorno internacional muy diferente al de 2019.
El futuro del ‘mix’ energético
En este debate sobre el calendario del cierre de las nucleares, el foco está puesto sobre con qué fuente de energía se sustituirá la nuclear en el ‘mix’ energético si se mantiene el calendario fijado.
Una cuestión que llega en un momento de tensiones geopolíticas crecientes, donde las energías renovables se caracterizan por su intermitencia y en el que se prevé un incremento de la demanda por el auge de nuevas instalaciones, como los centros de datos.
Lo previsible es que esta energía fuera sustituida por gas, algo que algunas voces apuntan podría incrementar el precio de la factura y una mayor dependencia de terceros países.
En este sentido, el presidente de Iberdrola, en una entrevista con Financial Times advirtió de un incremento repentino de los precios energéticos de más de un 25 % si España repite el «gran error» cometido por Alemania de cerrar sus plantas nucleares.
Aagesen señaló en su día que ellos no tienen esa preocupación y explicó que cuando el Gobierno realizó el análisis de la planificación del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec) también estudió cómo el nuevo escenario iba a impactar en los precios.
Por otra parte, el presidente de Endesa, José Bogas, en un acto a comienzos de abril señaló que a su juicio «sería un error cerrar las centrales nucleares hoy» y añadió que al menos «habría que posponerlo», lo que no es lo mismo que alargar la vida útil de estas instalaciones.