El 'boom' de la segunda mano

La falta de componentes en la cadena global de suministros y la extensión de la economía circular han disparado la demanda de productos de ocasión y reacondicionados.

19 abril 2022 10:27 | Actualizado a 19 abril 2022 12:11
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De ocasión, reacondicionado, de segunda mano, reutilizado, actualizado, reparado... las segundas, terceras y cuartas vidas de los productos de consumo van al alza en Europa, de la mano de nuevos modelos de negocio y sectores de actividad. El modelo de ‘usar y tirar’, cuando no directamente la destrucción de productos que ni siquiera se han llegado a utilizar, va a estar cada vez más penalizado. El desperdicio, en todas sus variantes, está encaminado a la marginalidad.

Varios fenómenos explican esta tendencia, aunque pueden resumirse en tres: nuevas regulaciones, cambios sociales vinculados a criterios de sostenibilidad entre los consumidores y, por último, necesidades motivadas por la coyuntura global, con la crisis en la cadena de suministros como uno de los principales detonantes.

Los vehículos de ocasión son un ejemplo claro de este fenómeno. El pasado mes de marzo, las matriculaciones de turismos y todoterrenos se redujeron en el conjunto de España un 30,2% en comparación con el mismo mes del año anterior (según datos de las patronales Anfac, Faconauto y Ganvam), lastradas por los efectos de la crisis en la cadena de suministros -con la falta de semiconductores y otros componentes y materias primas en cabeza-, a la que se añadió la huelga de transporte, que impidió entregar vehículos a los concesionarios.

La guerra en Ucrania y una inflación en tasas de crecimiento desconocidas en España desde el año 1985 contribuyeron también al descenso en la venta de vehículos nuevos, con un retroceso de la demanda ante un escenario incierto.

Mientras las ventas de vehículos nuevos caían un 30,2% en España en marzo, las de coches de entre cinco y ocho años aumentaban casi un 10%

Frente a estos descensos acusados, el mercado del vehículo de ocasión, pese a retroceder también, se comportó notablemente mejor, con un descenso en marzo del 7,1% respecto al mismo mes del año 2021. El paro en los portavehículos o la contención de los consumidores hicieron mella también en este sector, que sin embargo escapa a problemas como el de la falta de componentes en las cadenas de montaje de los vehículos nuevos, a la vez que puede competir con una oferta mucho más atractiva en un escenario inflacionista y de pérdida de poder adquisitivo.

Además, no todos los perfiles de turismos y todoterrenos de ocasión sufrieron los mismos descensos. Mientras los modelos de entre uno y tres años de antigüedad retrocedían en marzo un 39,6% interanual en sus ventas, modelos de entre cinco y ocho años experimentaban incrementos en marzo cercanos al 10%, mientras que los vehículos de más de 15 años aumentaban un 6,6% sus operaciones de compraventa.

«Las empresas saben que han de coger la senda para ser sostenibles, y la que no lo haga, poco a poco será apartada del mercado»
Ana García, CEC

En opinión de Santiago Oliva, presidente ejecutivo de Grup Oliva Motor, «es algo objetivo que en el sector del automóvil está subiendo el vehículo de ocasión, tanto en volumen de venta como en su evolución hacia un negocio transparente. Ahora, el vehículo de ocasión se ha convertido en primer producto».

«Hay razones económicas -explica Santiago Oliva-, donde la oportunidad de un vehículo más económico viene bien, y luego razones de política comercial de las marcas, con productos financieros [para la adquisición de vehículos nuevos] que al tercer o quinto año terminan y generan más vehículos de ocasión». Por último, aunque no menor, está el hecho de que «el valor de reutilización de las cosas nos impregna a todos, y un producto bien conservado, reacondicionado, es valioso».

«Es una suma de circunstancias -añade Santiago Oliva-, en la que el consumidor en general ha apostado por un aumento de la tecnología y el equipamiento de los vehículos, donde se valoran aspectos como la conectividad; lo que hace que todo sea más caro que en un coche convencional. Ante esta situación, la gente prefiere un coche bien equipado de ocasión que uno muy básico pero nuevo».

«Para mí -resume este profesional- no es una moda ni es coyuntural. Recuerdo cuando hace años hacíamos la valoración de los coches de ocasión y decíamos que cualquier equipamiento adicional que tuviese un coche era valor cero. Ahora es completamente al revés, se valora mucho. Es un cambio que se ha producido en los últimos tres o cuatro años».

El modelo de 'usar y tirar' y la destrucción de productos nuevos tiene los días contados

Un cambio que está acompañado de nuevos marcos regulatorios, en los que la Unión Europea quiere estar en la vanguardia de la circularidad. El pasado 30 de marzo, la Comisión Europea (CE) presentó un paquete de nuevas propuestas vinculadas al Pacto Verde Europeo para hacer de los productos sostenibles la norma en la Unión Europea (UE), con el objetivo de que sean «más duraderos, fiables, reutilizables, actualizables, reparables, más fáciles de mantener, renovar y reciclar, y eficientes en el uso de la energía y los recursos».

El ecodiseño, con una propuesta de reglamento que amplía su actual marco, es la base sobre la que se quieren lograr estos objetivos, aplicándose ahora, en el nuevo paquete de propuestas presentado por la Comisión Europea, a la gama más amplia de productos posible. Según los cálculos de la CE, el diseño de los productos determina hoy hasta un 80% del impacto medioambiental de su ciclo de vida. Actuar en esta fase asegura, por lo tanto, un gran cambio.

La batería de propuestas presentadas en el marco del Pacto Verde Europeo sigue, con medidas encaminadas a «poner fin a la destrucción de bienes de consumo no vendidos», acabar con la obsolescencia temprana y perseguir el Green Washing (blanqueo ecológico) con normas para «que los consumidores puedan tomar decisiones informadas y respetuosas con el medio ambiente cuando compren productos», garantizando el «derecho a saber durante cuánto tiempo está previsto que dure un producto y, en su caso, cómo puede repararse».

«El valor de reutilización de las cosas nos impregna a todos, y un producto bien conservado, reacondicionado,
es valioso»
Santiago Oliva, Grup Oliva Motor

Una nueva fuente de empleos

La propuesta, en última instancia, «reforzará el mercado único, al evitar leyes divergentes según el Estado miembro, y brindará oportunidades económicas desde el punto de vista de la innovación y la creación de empleo, en particular en la remanufacturación, el mantenimiento, el reciclado y la reparación», según avanzó a finales de marzo la Comisión Europea.

El potencial en la generación de empleo que ofrece la circularidad es alto. En el informe Zero Waste and Economic Recovery: The Job Creation Potential of Zero Waste Solutions, citado por la Comisión Europea (CE) y elaborado por la Global Alliance for Incinerator Alternatives (GAIA), se calcula que, por cada 10.000 toneladas de residuos procesados al año, los vertederos o la incineración generan apenas dos empleos, mientras que el reciclado es responsable de 115 empleos y la remanufacturación de 55 más. En lo alto del potencial de generación de empleo se encuentra la reparación, con 404 empleos generados por cada 10.000 toneladas de residuos procesados al año.

La CE acaba de presentar nuevas propuestas para reforzar la circularidad de los productos

Ana García, presidenta de la Comissió d’Economia i Sostenibilitat del Col·legi d’Economistes de Catalunya (CEC), destaca que «en economía circular, con el Pacto Verde Europeo, la Comisión Europea actuó de forma revolucionaria, porque considera la economía circular como una herramienta transformadora capaz de impulsar nuevos modelos de negocio».

«Lo que busca la CE con estas medidas -prosigue Ana García- es el desacoplamiento del crecimiento respecto al uso de materiales fósiles». Sin embargo, todavía queda para llegar a este punto.

«Hace años que manejamos el reacondicionamiento de productos -explica esta economista-, y es cierto que ahora vive un boom, porque con la pandemia y la rotura de la cadena de suministros ha habido un choque de oferta, pero nos damos cuenta de que estamos lejos en el uso de materiales y recursos del planeta que nos sitúen en la senda de la sostenibilidad».

Esta economista cita como ejemplo los resultados del Circularity Gap Report 2021, donde se destacaba que, en el año 2019, apenas un 8,6% de los recursos y materiales se reprocesaban o reciclaban, siendo necesario duplicar la circularidad de la economía global, desde un 8,6% a un 17%, para asegurar una sociedad próspera.

Además, «entre 1970 y 2017 -explica Ana García-, la extracción mundial anual de materiales se triplicó, pasando de 27.000 millones de toneladas a 92.000 millones. Desde el año 2000, las tasas de extracción crecen a un 3,2% anual, como consecuencia de las grandes inversiones en infraestructuras y el aumento del nivel de vida en los países en desarrollo y transición, especialmente en Asia».

A todo ello, añade esta economista, se suman modelos insostenibles, que desde la Comisión Europea se quieren cambiar, que llevan por ejemplo a que «en el sector textil, un 20% de las prendas que se producen no llegan a utilizarse nunca», o a que «los smartphones se cambien cada dos o tres años, lo cual no es sostenible».

Durabilidad

  • Los consumidores deben estar informados sobre la durabilidad garantizada de los productos. Si el productor de un bien de consumo ofrece una garantía comercial de durabilidad superior a dos años, el vendedor debe facilitar esta información al consumidor. También deben informar, en el caso de productos que utilicen energía, cuando los productores no hayan facilitado ninguna información sobre una garantía comercial de durabilidad.
Reparaciones y actualizaciones

  • Los vendedores deben facilitar la información  pertinente sobre las reparaciones, así como la puntuación de reparabilidad, disponibilidad de piezas de recambio o manual de reparación. En el caso de dispositivos inteligentes y contenidos y servicios digitales, se debe informar también sobre las actualizaciones de software facilitadas por el productor. En todos los casos, esta información deberá proporcionarse antes de la compra y de forma clara y comprensible.
Así se destaca en un reciente estudio sobre el impacto medioambiental de la industria reacondicionada en todo el mundo, elaborado por Ademe (Agencia francesa para la transición ecológica) en colaboración con Back Market, el principal marketplace europeo de productos reacondicionados.

Según este informe, un smartphone nuevo genera, de media, unos 199 gramos de residuos electrónicos. Adquirir uno de estos dispositivos reacondicionado supone reducir esas cifras hasta unos 24 gramos, lo que representa una reducción de un 88% en los residuos.

Además, según los cálculos de esta agencia francesa, un smartphone reacondicionado evita el movimiento de unos 258 kilogramos de tierra, que sería excavada para obtener las materias primas necesarias para su fabricación, además de ahorrar 79,68 kilogramos de emisiones de CO2 y unos 68.400 litros de agua, de los cuales la mayor parte se utilizan para la minería y la extracción de materias primas.

«Solo la moda y la electrónica -destaca Ana García, del Col·legi d’Economistes de Catalunya- son responsables de más del 6% de las emisiones de CO2 del mundo, y por eso aquí en Europa se está buscando alargar la vida del producto, con propuestas como los modelos de pago por uso de producto».

«En el sector de la moda -ejemplifica esta economista-, estas plataformas compartidas son sostenibles porque tú alquilas solo el uso del producto, igual que sucede con los equipos, donde el consumidor paga por el uso, mientras que del mantenimiento se ocupa el productor. Esta es la tendencia de la servindustria, donde las empresas ofrecen servicios que añaden valor al cliente».

Un 20% de las prendas que se producen en el sector textil no llegan a utilizarse nunca. La Comisión Europea quiere acabar con estas prácticas

«El productor -resume Ana García- produce según la demanda que tiene, y el consumidor cada vez será más exigente con lo que compre. Y, si por ejemplo, tú no compras una prenda de tres euros de usar y tirar, irá cambiando la moda. La empresa será sostenible solo si el producto que vende es sostenible, y todo esto son presiones que ya hay sobre el productor».

«Las empresas -prosigue Ana García- saben que han de coger la senda para ser sostenibles, y la que no lo haga, poco a poco será apartada del mercado, porque no cumplirá con la regulación, no encontrará financiación y los consumidores la irán apartando del negocio».

«Los modelos de negocio -concluye Ana García- tendrán que adaptarse y cambiar, transformándose y yendo hacia la reparación, el reacondicionamiento... Habrá muchas startups, como las que ya nacen, con la sostenibilidad dentro de su estrategia, y la empresa que no sea resiliente con el entorno que se está creando, quedará fuera».

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