Delafruit, empresa con sede y centro de producción en La Selva del Camp (Baix Camp) dedicada al desarrollo y cofabricación de purés, smoothies, zumos y compotas, quiere exprimir más que fruta. Innovación continua y desarrollo de nuevos productos y procesos, a menudo de la mano de clientes que participan en ese proceso creativo (ver el ejemplo anexo con el modelo de coinnovación de Mercadona), son los otros ingredientes que sustentan una estrategia de crecimiento al alza.
Especialista en el segmento de alimentación infantil (babyfood) y una de las industrias alimentarias que más fruta consume en España -con alrededor de 30 millones de kilos de fruta al año, de los cuales 7,5 millones son fruta fresca-, Delafruit ha basado en estos ingredientes una receta que les lleva a encarar el tramo final de 2023 con una previsión de facturación superior a los 130 millones de euros, tras un crecimiento anual en torno al 10%. Una estrategia que, explican desde esta empresa, están decididos a sostener.
Buena parte de este crecimiento reciente ha venido de la mano de Mercadona, con quien esta empresa empezó a trabajar de forma intensa a partir de 2021, cuando ese gigante de la distribución le propuso participar en el desarrollo de tres nuevos productos para su marca propia Hacendado, aprovechando la experiencia y la especialización de Delafruit, con el lanzamiento de una nueva gama de productos a la que llamaron Fruta de Bolsillo.
El formato elegido fue el pouch (un envase flexible bebible), que hoy representa el grueso de la producción de esta empresa en La Selva del Camp, con una capacidad de producción de 476 millones de pouches al año (y una producción de más de 300 millones, de los cuales 25 millones fabricados para Mercadona), muy por delante de los 29 millones de botellas (actualmente, con una producción anual de unos 20 millones) y los 7 millones de tarrinas (y una producción de unos 2 millones), los otros formatos que ofrecen tanto para marca de fabricante como de distribuidor.
Enfocados en la I+D+i
Desarrollar un producto como este para cualquiera de los más de 80 clientes con los que trabaja Delafruit puede tardar unas 40 semanas, con una parte sustancial que suele emplearse en el diseño de producto (tipografía, paleta de colores, visibilidad de marca...), pero donde el valor añadido se da en el laboratorio y en el proceso de fabricación, con un área de calidad en la que trabajan actualmente unas 22 personas y que incluye la I+D+i de desarrollo de producto.
En Delafruit, propiedad hoy en su totalidad del fondo de inversión ProA Capital -tras su entrada en 2016 como accionista mayoritario de la entonces Go Fruselva (heredera a su vez de la austríaca Pago, que en 1999 había instalado una fábrica de zumos de fruta en el mismo lugar que hoy ocupa Delafruit en La Selva del Camp) y accionista único tras la separación de socios y la escisión en 2021 del centro de trabajo de Chile (que mantuvo la marca Go Fruselva, lo cual impulsó el rebranding como Delafruit en La Selva del Camp)-, trabajan actualmente 658 personas, dando servicio a más de 80 clientes en más de 35 países.
Un 85% de las ventas de Delafruit en 2022 fueron exportaciones. Este año 2023, sin embargo, y tras el creciente peso que están tomando los nuevos proyectos en marcha con clientes locales como Mercadona, ese porcentaje podría cambiar, según relata su director de ventas, Javier Mate: «Tras la entrada de Mercadona como cliente, con quienes ya trabajamos siete referencias de producto, el peso de las ventas en España ha aumentado, y podríamos cerrar 2023 con un 20% de las ventas locales, en lugar del 15% de 2022».
Inversiones a la vista
Junto a esta tendencia se vislumbran otras más de cara al año que viene, cuando Delafruit tiene intención de invertir unos 6 millones de euros en sus instalaciones industriales de La Selva del Camp, principalmente en el área de packaging, donde desde este año 2023 ya están fabricando sus propios envases en formato pouch en una planta dedicada, en el mismo centro de trabajo de 60.000 metros cuadrados de nave que ocupan hoy.
A esta planta de fabricación de envases (que luego personalizan para cada uno de sus clientes) han dedicado este año 2023 buena parte de los 5 millones de euros de inversión que esta empresa ha destinado a mejoras en sus procesos industriales, entre las que se incluye la incorporación de tecnologías de visión artificial. El objetivo, de cara al próximo año 2024, es conseguir fabricar envases en formato pouch con monomaterial (el mismo material para el recipiente y el tapón), lo cual facilitará su reciclaje y circularidad, en línea con su certificación como empresa B Corp.
Salados y proteínas vegetales
La próxima área de crecimiento, avanzan desde esta empresa que busca ser un referente en alimentación saludable y sostenible, podría venir de los productos salados, y más concretamente de la proteína vegetal, donde «hoy menos del 10% de nuestra producción es salado -explica Javier Mate-, pero podría crecer hasta el 15% en 2024 gracias a las proteínas plant based, con legumbres como el guisante».
Por segmentos de mercado, la alimentación infantil, que hoy supone alrededor de un 60% de su producción, junto a los productos orgánicos (35%), seguirán siendo sus principales bazas.
El modelo de coinnovación de Mercadona
- Detectar una nueva necesidad: El ‘Especialista’ (nombre que en Mercadona designa al responsable que define la calidad, el surtido y el precio de un producto), capta que ‘El Jefe’ (el cliente final, en el argot de Mercadona) tiene una nueva necesidad no cubierta.
- Escuchar a ‘El Jefe’: El ‘Especialista’ selecciona ‘Jefes enamorados’ (cuando no encuentran un producto, lo buscan allí donde esté) para realizar con ellos sesiones de coinnovación que definan qué características debe tener ese producto.
- Buscar proveedor especialista: El gerente de compras de ese producto, en colaboración con el ‘Proveedor Totaler’ seleccionado (en este caso, Delafruit), establece la manera de que los atributos definidos para ese producto se cumplan.
- Probar y poner a la venta: El ‘Especialista’ lleva a cabo sesiones de coinnovación con ‘El Jefe’, donde se prueba el producto para comprobar si se cumplen sus expectativas. Si es así, se pone a la venta.