Frutas y verduras en comprimidos. Es la propuesta de Biophenolics, una startup del sector FoodTech con sede en Reus que forma parte de la nueva hornada de proyectos acompañados por la Incubadora TIC de Redessa, y que su fundador y CEO, Husam Dabbagh (Reus, 38 años), justifica así: «Tenemos un estilo de vida que no nos permite ingerir la variedad de frutas y verduras que necesitamos; es difícil que una persona pueda comer siete u ocho tipos de fruta y verdura distintos a la semana».
Su respuesta es un suplemento alimenticio -hoy en forma de comprimidos y en un futuro en otros formatos- a partir de «unas matrices alimentarias con compuestos bioactivos que aportan beneficios a nivel de bienestar y salud, donde los protagonistas son los polifenoles».
Este doctor en Biotecnología por la Universitat Rovira i Virgili (URV) especializado en nutrigenómica explica en qué consisten esos polifenoles que marcan la diferencia de su propuesta: «Son compuestos que vienen del reino vegetal, que modulan diferentes vías metabólicas y que aportan beneficios como el efecto antioxidante, neuroprotector, anticancerígeno o antiedad, impidiendo el envejecimiento prematuro de las células».
Aunque advierte: «Estás suplementando, y en ningún caso sería un sustituto de la fruta y la verdura, pero ayuda a cerrar el ciclo y a equilibrar. Lo que te aporta es variedad, porque una dieta variada es el secreto para tener una salud mejor».
«Es difícil comer siete u ocho tipos de fruta y verdura distintos a la semana»
¿Cómo surge la idea de sacar al mercado estos suplementos? Tras una trayectoria profesional en la industria alimentaria de Reus, la pandemia de Covid-19 lo cambió todo. «En pleno confinamiento -explica Husam Dabbagh-, una empresa japonesa me contactó. Habían leído mi tesis doctoral y querían crear un tipo de suplemento que pudiese mitigar los efectos más severos de la Covid». Como tantas personas movilizadas entonces, colaboró de forma altruista en su desarrollo, en un producto que sigue fabricándose hoy en Japón.
La experiencia reavivó un espíritu emprendedor que arrastraba desde sus tiempos universitarios. Empezó a tener conversaciones con su padre, que era médico, y juntos desarrollaron lo que hoy es Biophenolics. «Cuando ya teníamos el producto prácticamente desarrollado, la Covid entró en casa, mi padre se infectó y, al cabo de quince días falleció».
«Eso, a mí me afectó muchísimo -prosigue Husam Dabbagh-, y me impulsó a terminar aquello que había comenzado con mi padre. Pero no tenía la capacidad de sacarlo al mercado. Hasta que, hace un año, me reenganché al proyecto y entré en la incubadora TIC de Redessa».
Desde entonces, Biophenolics cuenta con dos productos en el mercado y un tercero a punto de salir: Immunophenol (para mejorar el sistema inmunológico), Nervophenol (mejora del sistema cognitivo y claridad mental) y, en tercer lugar, Beautyphenol, que saldrá en poco más de un mes y que se sitúa en el campo de la nutricosmética, con «compuestos que ayudan a mejorar el aspecto externo a través de las células internas». Será su primer producto vegano (los otros dos son vegetarianos), y «todo -asegura-, fabricado en Catalunya».
Con una producción de unos 2.000 botes y una facturación entre 60.000 y 80.000 euros esperada para este año, confía en que 2024 sea el año de su despegue.