Cada vez es más difícil encontrar vivienda de alquiler en Tarragona. El sector inmobiliario afirma que la oferta es “prácticamente inexistente” en la ciudad. “La gente que busca alquiler lo tiene bastante mal, no hay”, expresa Cèsar Garcia, tesorero del Colegio y Asociación de Agentes de la Propiedad de Tarragona.
De hecho, la capital tarraconense es uno de los 140 municipios tensionados de Catalunya. En el centro de la ciudad los alquileres alcanzan los 1.500 euros mientras que a los barrios se sitúan alrededor de los 400 euros. Según datos del Ayuntamiento, hay más de 1.200 viviendas sociales y unas 3.000 personas de todo el territorio que están en la lista de espera para conseguir uno.
Garcia considera que la regulación de los precios no es la solución para revertir la carencia de vivienda en la ciudad y apunta que los propietarios optarán por destinarlos a usos turísticos. Ante este problema reclama a las administraciones que actúen y no “descarguen” en el sector toda la responsabilidad. “El sector privado está para hacer negocios, para invertir y rentabilizar el dinero que invierte; la nueva ley de la Vivienda lo único que hace es que un montón de viviendas que iban por el contacto de la ley de rendimientos urbanos estándares se pasen a otros sistemas. Al final, la sociedad ya se busca la vida para esquivar las obligaciones que pueda esquivar. Es triste, pero es así”, manifiesta.
Precios de 400 hasta 1.500 euros
Según el portavoz de los APIOS y propietario de Fincas Cèsar, en el centro de la ciudad hay poca oferta porque se trata de una zona de residencia “habitual y permanente”. En el caso de un piso de diseño, en la Rambla Nova, indica, el precio se cifra en unos 1.500 euros. “Gente que pueda pagar 1.300 euros no hay mucha. En cambio, que puedan pagar 300 hay muchos; el centro siempre tiene un valor, sea por el comercio, por la vivienda o por los despachos profesionales”, comenta Garcia.
En cuanto a los barrios, explica que los precios del alquiler varían en función del estado de conservación de los inmuebles, pero los cifra alrededor de los 400 euros en vecindarios como el de Sant Salvador o de Torreforta. “Estamos hablando de viviendas que no tienen ascensor, de 50 años o que por determinados motivos se han degradado bastante; la crisis donde afecta más es en estas zonas, y hay mucha vivienda vacía”, detalla.
De hecho, considera que para los propietarios actualmente tiene más rentabilidad alquilar un piso en estos barrios que en el centro de la ciudad. Así, ejemplifica que una vivienda a Sant Salvador se puede comprar por unos 20.000 euros que sumados a una reforma de unos 18.000 supone una inversión que no llega a los 50.000. “En estos momentos, la rentabilidad se está desplazando a otros barrios que antes no se tenían en cuenta”, sostiene.
Casi 500 expedientes abiertos
En diciembre del año pasado, el consistorio tarraconense abrió 487 expedientes por viviendas desocupadas con carácter permanente. Para hacer esta tarea de inspección, el anterior equipo de gobierno y la Agencia de la Vivienda de Catalunya firmaron un convenio para hacer inspecciones en las viviendas susceptibles de estar vacías. El acuerdo se renovará el próximo año para continuar inspeccionando, según fuentes municipales. En 2022, SMHAUSA elaboró un plan de trabajo y cuantificó que había unas 7.000 viviendas vacías, incluidas las 1.200 en propiedad de las entidades financieras.