El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil en Tarragona descubrió en una finca de Tortosa a un perro cruzado con staffordshire terrier, una raza considerada potencialmente peligrosa.
El terreno rústico estaba siendo utilizado como vertedero de residuos, ya que en el lugar los agentes encontraron neumáticos, aparatos eléctricos, algún vehículo fuera de uso y chatarra en general.
En un árbol de la finca, encontraron atado con una correa de tela gruesa, de las utilizadas para el arrastre de vehículos, un perro staffordshire terrier, raza considerada de manejo especial que es la nueva denominación que la Ley de Bienestar Animal da para los antes denominados perros potencialmente peligrosos.
El animal, que había sido mutilado mediante otectomía (mutilación estética de los pabellones auriculares) típica en esta raza de perros, se encontraba por debajo de su peso óptimo y su atadura le limitaba ostensiblemente la movilidad. Esta situación le provocaba que se encontrara rodeado de sus propios excrementos, sin comida y con un recipiente de agua en malas condiciones.
El animal ante la presencia de los agentes se mostró temeroso, con signos de desconfianza en forma de gruñidos y ladridos. Con paciencia, tras numerosos intentos los agentes pudieron ganarse la confianza, logrando alimentarlo; confirmaron que no disponía del chip homologado de identificación, por lo que parecía muy dificultoso poder llegar al propietario.
Un vecino de Tortosa, fue identificado por los agentes como propietario del animal, siendo informado que sería investigado de un delito de maltrato animal por abandono, con riesgo para la salud. Las diligencias policiales abiertas, se entregaron al Juzgado en funciones de Guardia de los de Tortosa y a la Fiscalía de Medioambiente.
El staffordshire terrier recibió asistencia veterinaria y se encuentra a disposición de la Autoridad Judicial a la espera de adopción o acogida, cuando se encuentre en buen estado de salud.