Este domingo (21.15 h) el Nàstic comienza su andadura en el play-off de ascenso a Segunda División en Ceuta. Después de cerrar la temporada regular en el segundo puesto (70 puntos) y siendo el equipo menos goleado de la categoría, el mejor local del grupo 1 de Primera RFEF, llega el momento de la verdad. De la fase decisiva para volver al fútbol profesional.
Una eliminatoria no tiene nada que ver con un partido de liga. Aquí no hay margen de error. Un fallo puede condenarte a una temporada más en la categoría de bronce. Con el regreso de los play-off tradicionales, con encuentros de ida y vuelta en lugar de dos eliminatorias a partido único en sede ‘neutral’, se recuperan dos aspectos cruciales que hay que saber gestionar: el tiempo (180 minutos, como mínimo) y el espacio (un partido en casa y otro fuera).
Además, en esta ocasión se añade también el asunto de los no-penaltis. En caso de empate al finalizar la prórroga, el equipo mejor clasificado en liga regular se lleva la victoria. Distintos aspectos que convierte la fase de ascenso de categoría en algo totalmente diferente.
Haber vivido un play-off con anterioridad supone un punto de veteranía que puede ser decisiva. En la plantilla del Nàstic hasta doce jugadores cuentan en su carrera con al menos una fase de ascenso. Con suerte dispar. Siete de ellos han conseguido el objetivo de ascender, mientras que los otros cinco se han quedado a las puertas del objetivo.
El jugador que más play-offs ha jugado es Joan Oriol. El capitán grana, recientemente renovado hasta 2025, ha disputado cuatro fases de promoción de ascenso. Su primer intento de ascenso a Segunda fue con 21 años en las filas del Gavà, perdiendo contra el Huesca en la temporada 2007/08. Un año más tarde lograba resarcirse con el ascenso con el Villarreal B.
Sus dos siguientes intentos fueron infructuosos. En la 2017/18, con el Cornellà, perdió ante el Sporting de Gijón B de Pablo Fernández. Juntos, años más tarde, en 2021/22, vivirían con el Nàstic la infausta tarde de Balaídos ante el filial groguet. Una experiencia dolorosa que compartió Pol Domingo.
Para Pablo Fernández este será el cuarto play-off y su segundo con el Nàstic. Además de los citados con el Sporting B y Nàstic, en la temporada 2019/20 peleó por subir al fútbol profesional con el Cornellà, quedándose em la final.
Gorka Santamaría consiguió el ascenso en su debut en un play-off con el Bilbao Athletic en la 2014/15. El delantero vizcaíno fue protagonista anotando un doblete en el encuentro de ida de la final contra el Cádiz (2-0).
Peor suerte tuvo en sus dos siguientes intentos con el Badajoz. En la campaña 2019/20 fue eliminado por el Barça en semifinales (a partido único), mientras que un año después, en la 2020/21, se quedaron a las puertas, perdiendo la final en el Nuevo Vivero de Badajoz ante el Amorebieta.
Junto a él, esos dos play-offs también en el cuadro extremeño los disputó otro jugador del actual plantel del Nàstic, David Concha.
De los que han conseguido el objetivo del ascenso en un play-off, tres lo consiguieron de Segunda B o Primera RFEF a Segunda División. Son Marc Fernández, con el CE Sabadell (2010/11); Pablo Trigueros, en las filas de la Ponferradina en 2018/19; y Alberto Varo, cuando vistió la camiseta del FC Barcelona B en la temporada 2016/17.
Alan Godoy y Nacho González también han jugado con éxito un play-off de ascenso. En su caso fue para subir de Segunda RFEF a Primera RFEF. El delantero canario lo disputó la pasada temporada con el Atlético Sanluqueño.
El central sevillano, por su parte, fue clave en la promoción del Mérida en la 2021/22. Marcó uno de los dos goles que le dieron el ascenso al cuadro extremeño frente al Teruel.
Mario Rodríguez se quedó sin el premio de ascender a Primera RFEF el curso pasado con el Compostela.
Gorostidi cuenta con la experiencia que sumó en los cuartos de final del play-off de ascenso a Segunda División con la Real Sociedad B 2017/18.
