El ‘9’ elegido por el Nàstic de Tarragona es Gorka Santamaría. El delantero centro de 27 años se convertirá en las próximas horas en la cuarta incorporación en este mercado de fichajes después de Alberto Varo, Unai Dufur y Borja Martínez, que todavía no se ha hecho oficial.
El atacante vizcaíno tenía muy adelantado su fichaje por el Atlético Baleares, pero finalmente, el Nàstic se ha llevado el gato al agua. El club grana le devuelvo a los mallorquines la de hace un par de temporadas, cuando los tarraconenses tenían atado a Dioni, pero la cartera blanquiazul arrebató el futbolista en el último momento.
Hace semanas que la dirección deportiva grana trabajaba la incorporación del futbolista. Era el futbolista marcado como prioritario. Ese jugador por el que el club estaría dispuesto a hacer un esfuerzo económico. En un año de recortes, la apuesta debe ser sobre segura y el nombre por el que ha optado la dirección deportiva ha sido el de Gorka Santamaría.
El atacante llegará a Tarragona después de una temporada complicada entre Coruña y Badajoz. Gorka Santamaría fue el primer fichaje del club deportivista el curso pasado. Llegaba a Riazor avalado por 31 goles en tres temporadas con el CD Badajoz. Formado en Lezama, el delantero centro fue el autor de 18 goles que colaboraron en el histórico ascenso del Bilbao Athletic a Segunda División.
Antes, un joven Gorka Santamaría había demostrado su olfato goleador en el CD Basconia, de Tercera División, con 20 goles que le convirtieron en el máximo anotador del grupo IV.
No tuvo un mal debut en Segunda División. Disputó 34 encuentros en los que marcó siete tantos. Su actuación le valió para mantenerse en la categoría de plata. Lo hizo en las filas del Cádiz, recién llegado a la categoría, a donde se marchó cedido por el Athletic Club. En el todavía Estadio Ramón de Carranza Gorka Santamaría disputó 18 encuentros, aunque solo 4 de titular. Acabó el año con dos tantos.
Después de doce años vinculado al Athletic Club, Gorka Santamaría firmó por el Recreativo de Huelva, en Segunda B, con el que disputó 31 partidos y marcó 5 goles. Al año siguiente firmó por el Sporting de Gijón, para formar parte de su filial en Segunda B. Allí recuperó su buena sintonía con el gol con 10 goles en 35 partidos de la categoría de bronce del fútbol español. Un impulso que le dio para incorporarse al proyecto del Badajoz. En el Estadio Nuevo Vivero se convirtió en la referencia de un equipo que disputó dos play-off de ascenso a Segunda División, sin conseguir el premio de regresar al fútbol profesional.
Su poca participación en el Deportivo de la Coruña hizo que a finales de diciembre se desvinculara de la entidad gallega. Regresó a su refugio preferido, Badajoz. No recuperó su mejor versión pero sí se acercó al goleador que es con cuatro tantos en 19 partidos. No evitó, eso sí, el descenso del cuadro extremeño a Segunda Federación.