Hace 7 años, una lesión de rodilla dio un giro de 360 grados en la vida de Mireia Benito (Llorenç del Penedés, 1996), quien había practicado baloncesto durante toda su vida. Encontró en el ciclismo un efectivo método de rehabilitación, aunque el proceso de enamorarse de la disciplina fue progresivo. Hace apenas dos años que lo ha convertido en su trabajo, siendo una de las pocas ciclistas en España que alcanzan el profesionalismo. Este sábado debuta en los Juegos Olímpicos de París en la contrarreloj individual, a las 14:30h. Pese a su inverosímil historia, Benito rehuye de los tópicos. «No necesitas ser una superestrella para estar en los Juegos».
El suyo ha sido un camino paulatino, con esfuerzo y perseverancia por bandera. «El principio fue desastroso, me costaba mucho acabar las carreras, empecé desde 0», cuenta la del Baix Penedàs. Combinó su ascenso meteórico en ciclismo con un grado en biotecnología y dos másteres, uno en biología molecular y otro en profesorado.
«Al principio no me gustaba nada, me parecía muy aburrido, pesado y peligroso», reconoce. Hasta que el Massi Tactic Team le abrió las puertas de la competición. La posibilidad de poder contribuir al objetivo final del equipo fue el motor que la impulsó a seguir formándose y mejorando.
En el 2019, llegó el punto de inflexión en la carrera de Benito. Dio la campanada en la prueba de carretera del Campeonato de España, alzándose con el bronce tras ser capaz de sostener el ritmo desde su temprana escapada. «Me abrió los ojos en que quizás tenía algo que decir en el mundo del ciclismo», rememora.
El domingo 4 de agosto le aguarda su segundo reto en los Juegos, con la disputa de la prueba en línea, en la que formará equipo con Mavi García, leyenda del ciclismo español. Una prueba complicada de predecir por la dificultad añadida de no contar con radios, en un trazado de 158 km.
El ejercicio de creer en ella misma es algo en lo que Benito ha tenido ir trabajando. «Siempre me costó creérmelo. Venía de la nada y tenía en la cabeza que no era suficientemente buena para llegar a ser profesional».
Estaba muy equivocada. Tras 4 años montada encima de una bici, el equipo belga AG Insurance le abrió las puertas del mundo profesional. Fue un antes y un después en su carrera, tras años conciliando la competición junto a estudios y trabajos temporales.
Desde entonces, la llorencense ha ganado los dos últimos Campeonatos de España en contrarreloj. Con un papel eminentemente de gregaria en el ciclismo de carretera, Benito explota todas sus cualidades en esta modalidad. La contrarreloj olímpica consta de un recorrido llano de 32,4 km, con salida en la Explanada de Los Inválidos.
Su singular camino hacia el máximo nivel se traduce en su forma de competir, jugando a su favor: «Soy menos impulsiva que mis adversarias e intento que me beneficie en la lectura de la carrera».
En el mejor momento de su carrera, Benito encara los Juegos desde esta misma perspectiva racional. «Hace tres meses no habría llegado a imaginar estar aquí. Marcarse un podio sería surrealista, hay gente que lleva 4 años preparándose únicamente para este día y esta modalidad».
Espejo para las nuevas generaciones femeninas de una disciplina en auje, Benito subraya que «todo el esfuerzo y disciplina en algo te pueden llevar lejos».
