Ángel Martínez, el regreso de la barba indie

El defensa del CF Reus volvió al lateral zurdo el pasado domingo, después de tres fechas sin participar en el once y lo hizo con un rendimiento notable

19 mayo 2017 15:40 | Actualizado a 19 mayo 2017 15:40
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A simple vista podría confundirse a Ángel Martínez (Barcelona, 1991) con un artista de la escena independiente. Barba de varios días pero cuidada al milímetro y cuerpo decorado con dibujos y mensajes humanos, muy personales. En uno de esos tatuajes Ángel no olvida el proceso motivacional tan necesario en el viaje vital. ‘No hay fracaso para el corazón del que lucha”. Los hinchas del Estadi le mantienen en el olimpo, aunque si tomara una guitarra y se animara con el cante quizás interpretaría con cierta holgura temas como ‘los coches aún no vuelan’ de los Sidonie o ‘Hermética’ de los Supersubmarina.

Natxo González decidió premiar el trabajo y la fidelidad de Migue García hace tres semanas, curiosamente en la última relación con el éxito del Reus, en Tenerife. Migue, además de compartir aventura con Ángel, llegó este verano para la competencia sana en el carril izquierdo. La decisión del míster no trastocó en el aspecto emocional a Ángel, que eligió el camino del trabajo para recuperar la confianza. No se separó del respeto hacia su compañero, que le exige máxima atención cada semana, y hacia su entrenador.

Ante el Huesca, el domingo, Natxo le ofreció de nuevo su fe, en uno de esos días de sol resplandeciente, a las puertas del verano y con los objetivos a flor de piel. Un domingo elegido, de esos que anhelan los profesionales. La presión se corta con un cuchillo. Ángel Martínez contradice los juicios injustos sobre su aspecto con carácter transparente, equilibrado. Además se desvive por su trabajo, respeta los descansos y la estricta dieta. Vive como un deportista de élite las 24 horas del día. Su nivel físico lo corrobora.

Se ganó el puesto

A pesar del tropiezo rojinegro, sobre la bocina y de forma cruel, el nivel de Ángel no defraudó. Nunca emitió sospechas defensivas, siempre poderoso, bien colocado, criterioso en la salida del balón. En la otra orilla creció. Le dio tiempo a servir un gol cantado a Máyor, aunque el delantero no convirtió. Ángel se reivindicó a los que dudan, cada vez menos, sobre su fútbol. Tampoco tiene mucho que demostrar ante los ojos del Estadi.

Firmó por el Reus en junio de 2015, después de su época de formación en el Espanyol, donde se especializó en polivalencia. Se crió como central pero le cogió el truco al lateral. En el carril zurdo se ha aposentando en Reus. Fue exponente indiscutible del ascenso a Segunda A. Hoy sobrevive a la exigencia de la nueva categoría con brillo. Como en pleno escenario de Razzmatazz, guitarra en mano.

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