El Nàstic está firmando una hoja de ruta similar a la del verano pasado en cuanto al abanico de llegadas en el mercado de fichajes. Una fórmula encabezada por Javi Sanz en la que no hay lugar para la improvisación. Todo se tiene bien atado y el perfil de los fichajes está más que definido. No hay lugar para las sorpresas porque la Primera RFEF es una categoría que castiga a aquellos clubes que fichan dejándose llevar solo por el nombre.
La entidad grana acumula seis fichajes en lo que va de mercado de verano. Cuatro de los fichajes llegaron antes de la pretemporada (Víctor Narro, Gorka Pérez, Antonio Leal y Antoñín Cortés) y los dos últimos (Nil Jiménez y Dani Rebollo) lo han hecho ya con la preparación del próximo curso en marcha. También está cerrada la llegada de Álex López para la de máquinas, que llegará para ocupar el lugar que dejará Borja Martínez.
No son demasiadas altas, en comparación con otros equipos, pero sí las suficientes como para agitar la plantilla. La intención es que suban el nivel y que ofrezcan rendimiento competitivo desde el minuto uno de la temporada. Es por eso que los fichajes tienen rasgos comunes. Características que les hacen similares.
Lo primero por lo que apuesta la dirección deportiva con el beneplácito del cuerpo técnico es por cerrar la llegada de los futbolistas con celeridad. Por eso, cuatro estuvieron fichados antes del inicio de la pretemporada. Cuanto antes se empiece a trabajar y coger ritmo físico, más fácil será la adaptación. Dani Vidal es un entrenador que apuesta porque sus jugadores tengan interiorizada su idea de juego por encima de todo a la hora de competir. No solo hay una ruta táctica. Son varias, pero todas deben estar dominadas.
Más allá de la celeridad, otro rasgo identificativo es el hecho de que los fichajes que lleguen conozcan a la perfección lo que supone jugar en Primera RFEF. Muchos le llaman «el barro» porque es una categoría peculiar. Una división en la que prima el orden y la competitividad por encima del talento. De nada vale lucir con el balón si no se está a la altura sin él. Los partidos se deciden por detalles y muchas veces falta acumular muchos encuentros en Primera RFEF para ofrecer un rendimiento determinante en la categoría. En consecuencia, el Nàstic, siempre que puede, firma jugadores que tengan mucha experiencia en el barro.
Experiencia en 1.ª RFEF
Este estío se está consiguiendo firmar a jugadores a los que no les va a sorprender de ninguna de las maneras la exigencia grana y la propia exigencia de la categoría. Víctor Narro, Gorka Pérez y Antoñín fueron rivales del Nàstic durante la pasada temporada en el Lugo. Los tres formaron parte de uno de los proyectos más potentes a nivel económico de la categoría tras el descenso de Segunda División, pero que se estrelló contra la realidad de una Primera RFEF que no perdona a los equipos que titubean. Los tres son jugadores de mucho caché a los que el Nàstic ha podido tentar gracias al fracaso colectivo de su equipo. Narro suma 88 partidos en Primera RFEF en las últimas tres temporadas, Gorka Pérez acumula 92 duelos en los últimos tres cursos y Antoñín Cortés ha jugado 36 en la última campaña. Los tres, además, tienen experiencia en la extinta Segunda División B.
Antonio Leal y Nil Jiménez también jugaron juntos la pasada temporada en la Ponferradina. Los dos vienen con las ideas claras. De hecho, el lateral zurdo estuvo dos años en Tarragona antes de recalar en El Toralín. Leal suma 57 partidos en Primera RFEF, mientras que Nil Jiménez acumula 65 duelos en la categoría. Por último, Dani Rebollo llega procedente del Zaragoza, pero también sabe lo que es jugar en Primera RFEF en las filas del Betis Deportivo, con el que jugó 23 partidos.
El Nàstic firmará a dos o tres jugadores todavía en lo que queda de mercado. Tengan por seguro que responderán al perfil explicado.