Un nuevo capítulo sobre la polémica del Nàstic-Málaga llegará hoy. Y es que el Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) se reúne, como acostumbra a hacer todos los miércoles. Encima de la mesa, los responsables del Comité tendrán una difícil papeleta: decidir si imponen algún tipo de sanción tras los incidentes sucedidos durante el duelo.
En el Nàstic se muestran confiados que «no sucedió ningún incidente grave», tal y como detalló ayer Josep Maria Andreu, durante el discurso en el cual anunciaba que dejaba la presidencia del consejo de administración grana. Otra cosa es lo que el colegiado reflejó en el durísimo acta que presentó tras un duelo en el cual, precisamente, ni el árbitro ni sus asistentes tuvieron su mejor día.
En lo que se refiere a lo sucedido en el césped, el acta recogió que, «en el minuto 33 de partido, algún aficionado lanzó una moneda de 20 céntimos en la zona del portero visitante». No pudieron ver «que impactase en ningún jugador y no generó ningún tipo de lesión». El colegiado también describió en el acta que «en el minuto 72 se observó el lanzamiento de un petardo y el encendido de dos bengalas en la parte de atrás de la portería donde se encontraba el meta visitante. Se ordenó su apagado y la situación no se repitió». Por último, en el minuto 113 «tras producirse el lanzamiento de varios balones desde la grada se procede a la retirada de jugadores». Aparte de estas situaciones, el árbitro registró insultos después del partido.
Además, también podría acarrear sanción la parte del acta en la cual el colegiado denuncia insultos y amenazas hacia su persona cuando se encontraba en el vestuario. Así las cosas, el Nàstic podría ser sancionado, aunque todas estas situaciones podrían ser recurridas, en primera instancia, al Comité de Apelación de la RFEF.