El escritor californiano Arthur Bloch compiló las leyes de Murphy en virtud de las que si algo puede salir mal, saldrá mal; y que, entre varias posibilidades, la que saldrá es la que cause más perjuicios, como la lesión de más de dos meses de duración del central del Betis Marc Bartra en la demarcación más inoportuna, por desguarnecida, para el club bético.
Como cuando la tostada que siempre cae por el lado de la mantequilla o tu cola es indefectiblemente la más lenta, la dolencia en el tendón del tobillo del zaguero de Sant Jaume del Domenys, que le tendrá de baja como mínimo hasta mediados de diciembre, se ha producido en la posición con menos efectivos de la plantilla bética desde que el italo-brasileño Luiz Felipe Ramos fue traspasado al fútbol saudí.
Pese a la importante inyección económica de la operación, por la que el Al Ittihad pagó al Betis unos 22 millones de euros, el técnico chileno del equipo verdiblanco, Manuel Pellegrini, ya había alertado en las vísperas de que se materializara la marcha del zaguero que ello «sería una irresponsabilidad» con el mercado en España ya cerrado.
No obstante, Luiz Felipe salió, Pellegrini lo asumió disciplinadamente por ser una operación «extraordinariamente positiva porque vino a coste cero y se vendió por veintidós millones», aunque en contrapartida tenía «un coste deportivo» porque se quedaba «con dos centrales» disponibles «para treinta partidos» y «ojalá no pase factura», avisó.
Es lo que, finalmente, ha pasado con el central tarraconense en el año de su vuelta al Villamarín tras un año en el fútbol turco, que se lesionó el 1 de octubre ante el Valencia y que ya no pudo estar en el duelo de Liga Europa ante el Sparta de Praga, en el que la alineación del centrocampista Marc Roca en su posición fue la perfecta imagen de la situación en la que se encuentra el eje de la defensa bética.
El central de Sant Jaume dels Domenys tiene una dolencia en el tendón del tobillo
Con la baja de Marc Bartra, sólo queda como único central específico en la primera plantilla del Betis el internacional argentino Germán Pezzella junto al marroquí Chadi Riad, quien ha llegado esta temporada cedido desde el Barcelona y que ha tenido que acelerar su puesta a punto en Liga y que, con ficha del filial, no está inscrito para jugar en competición europea.
Previamente a la salida de Luiz Felipe, el Betis contaba con tres centrales experimentados para hacer frente a las tres competiciones en las que está inmerso, por lo que Chadi Riad se planteaba más como una opción de futuro y el club optó por ceder al Amorebieta para que se fogueara al central canterano Félix Garreta y decidió no renovar a Víctor Ruiz que había quedado libre y que finalmente recaló en el Espanyol.
Pero con la salida del central brasileño internacional por Italia todo cambió al producirse una vez que estaba cerrado el mercado y tener el Betis la única opción de fichar a jugadores que estuvieran sin equipo, lo que achicaba el campo de operaciones e hizo que se pospusiese cualquier contratación al próximo enero.
Mientras, el técnico de Santiago tendrá que estudiar opciones que pasan por retrasar jugadores al eje de la defensa desde el centro del campo -Marc Roca, Guido Rodríguez o Sergi Altimira- como ya ha hecho en temporadas como la pasada en la que utilizó en esa posición en San Mamés al marfileño Paul Akouokou, traspasado al Olympique de Lyon francés.
Pellegrini entrena con los centrales de la cantera bética Ricardo Visus y Antonio Salguero y afronta el próximo tramo de la temporada sólo con Pezzella y Chadi Riad, éste sólo en Liga, a la espera de los más de dos meses de recuperación que le restan a Bartra.
Además, el chileno cuenta con el tiempo adicional de rehabilitación del resto de inquilinos de la enfermería, el brasileño Luiz Henrique, el senegalés Youssouf Sabaly y el francés Nabil Fekir, cuya vuelta se prolongará mas allá del parón: «vamos a jugar con lo que tenemos y a llegar hasta donde podamos», dijo en la marcha de Luiz Felipe, antes de que apareciera Murphy y su ‘si algo no puede fallar, lo hará a pesar de todo’.