Hay ciertos paralelismos en las carreras de Óscar Sanz y Marc Montalvo, aunque su manera de llegar al primer equipo ha sido muy distinta. No obstante, lo que está claro es que ambos van a compartir medular en el Nàstic la próxima temporada e incluso podrían ser el doble pivote titular porque sus características mezclan a la perfección. Lo demostraron en la victoria en Castalia en un amistoso en el que se pudieron sacar muchas conclusiones positivas, entre ellas, su gran encuentro en la sala de máquinas.
Lógicamente la competencia que va a existir en la medular no permite asegurar que vayan a ser titulares ni en el estreno liguero ni durante toda la temporada.
Borja Martínez ha caído de pie en Tarragona y es una seria amenaza, mientras que Gorostidi esconde un potencial que ha brillado en el fútbol profesional y que confía en recuperar en su segundo año en Tarragona.
No obstante, lo que sí que es casi seguro es que Montalvo y Sanz van a tener muchos minutos este curso si rinden como lo han hecho durante esta pretemporada e hicieron el curso pasado en el Nàstic y en el Unionistas respectivamente.
Óscar Sanz es un mediocentro que durante muchos años fue considerada la mayor perla de la cantera grana. Un centrocampista que quemaba etapas con una facilidad insultante y que siendo todavía juvenil ya era uno de los jugadores desequilibrantes de la Pobla. Su aterrizaje en el primer equipo estaba cantado. Era un futbolista hecho en lo físico y en lo táctico, así que la zamarra grana no apunta a pesarle.
Su debut con el Nàstic llegó de la mano de Xavi Bartolo en el Camp d’Esports de Lleida. 55 minutos tuvo el mediocentro de Sant Sadurní d’Anoia en tierras ilerdenses. Fue un debut pulcro, pero que no tuvo final feliz en lo colectivo porque el conjunto grana caería por 1-0.
No hubo reválida porque la llegada de Toni Seligrat al banquillo pocos partidos sería clave para su futuro. No le dio ni una sola oportunidad y el feeling entre entrenador y jugador no existía por ninguna parte. Sanz lo admitió en su interior y dio un paso atrás para regresar a una Pobla en la que sí que contaba con confianza y podía seguir teniendo minutos para crecer. Algo vital para un todavía proyecto de jugador.
Al año siguiente la llegada de Raül Agné parecía que podía cambiarlo todo, pero de nuevo se topó con un muro. El técnico de Mequinenza tampoco le vio preparado para la máxima exigencia. Siendo ya jugador del primer equipo a todos sus efectos, Sanz decidió marcharse e irse cedido al Ebro de la Segunda RFEF. Fue una gran decisión porque acumuló 18 partidos y marcó cuatro goles, logrando así una cesión exitosa.
Sin embargo, Agné seguía en el banquillo grana a su regreso y eso rompió cualquier posibilidad de volver a jugar en el Nàstic. Por eso decidió marcharse cedido de nuevo, aunque esta vez lo hizo dando el salto a la Primera RFEF. El humilde, pero emergente proyecto del Unionistas fue el elegido y otra vez acertó. Sanz acumuló 35 partidos (27 de ellos como titular) en los que dejó claro que esa categoría un mucho menos se le quedaba pequeña.
Vidal, confianza plena
Este verano se le ha presentado su gran oportunidad cuando comprobó que Dani Vidal iba a ser el técnico del primer equipo. El entrenador que le había dirigido en la Pobla, sacando una de sus mejores versiones. Por eso no ha dudado en ampliar un año más su contrato e intentará ser diferencial en el Nàstic. La promesa se ha hecho realidad y en el rol de mediocentro defensivo quiere imponer su jerarquía.
A su lado tendrá a un Marc Montalvo que también tuvo que lidiar con el hecho de ser uno de los jugadores más prometedores de la cantera. También mediocentro, aunque en este caso de perfil más posicional y ofensivo, el de Riudoms también tuvo que brillar con la Pobla y esperar en la sombra del primer equipo durante toda una temporada. Fue hace dos años cuando Raül Agné le tuvo durante todo el curso en dinámica de primer equipo, pero solo le dio un puñado de minutos frente al Real Madrid Castilla.
La temporada pasada todo cambió porque cuando una cesión podría parecer en el horizonte, tal y como sucedió con Óscar Sanz, de repente su futuro se iluminó. Cuajó una gran pretemporada y Agné sí que le vio preparado para el reto. Tal fue así que durante todo el año fue uno de los jugadores con más minutos acumulados. Nada más y nada menos que 36 partidos jugó (29 de ellos como titular), siendo uno de los centrocampistas con más proyección del barro a sus 21 años. Este verano ha tenido ofertas para marcharse, pero ha decidido seguir en Tarragona porque considera que en casa es donde más va a poder desarrollarse como futbolista. Aquí tendrá un protagonismo capital y la confianza de un técnico como Dani Vidal que sabe exprimir su máximo potencial.
Así pues, el Nàstic puede gozar este curso de una sala de máquinas generada en la Budallera. Ander Gorostidi y Borja Martínez serán los dos futbolistas contrastados que completan un centro del campo de garantías. ¿Serán dos canteranos el doble pivote titular a lo largo del curso? Hay opciones de ello, pero la competencia será feroz. Montalvo y Sanz están listos para el reto. Los niños se han hecho hombres. Las promesas son pura realidad. Bendita cantera.