Abdessamad Oukhelfen (Marruecos, 1998) verá cumplido en París uno de sus grandes sueños desde que a los cinco años llegó a Reus y poco después empezó a practicar atletismo en el Ploms. Este viernes 2 de agosto se pondrá el dorsal más importante de su trayectoria, el de los Juegos Olímpicos, para disputar la carrera de los 10.000 metros -final directa- en el espectacular Stade de France.
El fondista del Nike figura en la lista de 30 inscritos, con una mejor marca de 27 minutos y 36 segundos que logró hace un par de meses en Londres y que supuso la mínima para la cita olímpica de París y también para el Europeo de Roma, donde fue octavo.
Precisamente la obtención del diploma olímpico (acabar en el top 8) será su gran objetivo en París: «Me daría por satisfecho y voy a lucharlo. Es complicado porque uno o dos segundos de diferencia pueden cambiar muchas posiciones, y en una carrera como esta puede suceder de todo», explica el reusense acerca de este 5.000 en el que sobresale y partirá como gran favorito el ugandés y recordman mundial, Joshua Cheptegei (26 minutos y 11 segundos).
El formato de final directa no le desagrada, aunque hubiera preferido una semifinal previa. «Hubiéramos podido ver con mayor realidad el estado de cada uno, pero muchos atletas no están capacitados para correr dos pruebas de 10.000 a un nivel alto y por eso la organización ha preferido una final directa».
Oukhelfen tiene claro que en una prueba como los 10.000 metros «cuenta muchísimo en qué estado de forma llegas. Debes tratar de hacerlo en la mejor forma posible».
De ahí que tenga muchas ganas de que llegue el día de la carrera: «Estos Juegos Olímpicos son el fruto de muchos años de trabajo. La temporada pasada no salió como me hubiera gustado, pero esta está siendo muy bueno; estuve en el Europeo de cross, en el de pista... y ahora en los Juegos Olímpicos. Eran un sueño, sí, aunque solo puedan ir los elegidos. Pero ahora que voy a estar ahí me gustaría hacer una muy buena posición, aquí o en Los Ángeles en 2028».
Hubiera preferido el 5.000
El fondista reusense, que ahora entrena en Soria con el grupo de Enrique Pascual, esperaba haber podido alcanzar también la mínima olímpica en los 5.000 metros, y posiblemente se hubiera decantado por esta última prueba en París. «Empezamos la preparación en enero. Mi primer contacto fue con los 10.000 metros, en el 10k de Valencia, y conseguí el récord de España en ruta. El objetivo era tener la mínima y cumplir los requisitos que pedía la Española. Y luego entrenar un periodo específico para conseguir la mínima en los 5.000; es la prueba que más he corrido estos últimos años. Pero no surgió ninguna carrera interesante para atacarla y finalmente estaré en los 10.000 m».
Pese a todo cree que llega muy bien preparado. Ha viajado a París después de estar 12 días en el CAR de Sant Cugat y otros 21 en Sierra Nevada. «Todo esto ayuda para llegar más fresco físicamente y más tranquilo mentalmente». Antes estuvo 40 días en China, entrenando a 2.400 metros de altura, justo después de conseguir su récord de España. Allí se recuperó de algunas molestias físicas.