Han pasado nueve años del último ascenso del Nàstic a Segunda División. Los granas superaron en la eliminatoria de campeones al Huesca, gracias al 3-1 que lograron en el Nou Estadi. Uno de los titulares de aquel equipo era Xavi Molina (La Canonja, 37 años). El tarraconense jugó 174 partidos con la camiseta grana y acabó siendo el capitán del equipo. Seis años después de salir del Nàstic sigue en activo, como jugador del Reus FC Reddis en Tercera RFEF.
Fuiste uno de los ‘héroes’ del último ascenso con éxito a Segunda. ¿Qué recuerdas?
Todo. Fue espectacular. Tuvimos tiempo para prepararnos para el play-off. Imagino que como se deben sentir los jugadores de la actual plantilla. Sentíamos que teníamos un aura positiva. Se respiraba en el ambiente que íbamos a conseguirlo. Veníamos del trompazo de Llagostera y ese año salió todo rodado. Cumplimos el objetivo sin casi hablarlo. Trabajando por lograrlo con el convencimiento de que iba a salir bien.
¿Ves ciertas similitudes entre aquella época y el Nàstic actual?
Sí. Por ejemplo, nosotros evitamos Cádiz y Oviedo, que eran dos equipos con mucho potencial. El Huesca era como nosotros. Estábamos más parejos. Este año, el Nàstic ha evitado el Córdoba. Jugué allí y creo que era el rival más difícil.
A nivel de equipo, también erais un grupo muy incómodo y compacto.
Ese año supimos adaptarnos a todos los escenarios. Si tocaba jugar a fútbol, lo hacíamos, y muy bien. Si era un campo artificial y pequeño, también sabíamos jugar. Físicamente éramos muy fuertes. Reciben muy pocos goles, como nosotros.
¿Ceuta es el ejemplo de ese ambiente positivo que rodea al equipo?
Totalmente. Sin esta atmósfera que tiene ahora el Nàstic, por muy bien que juegues, en Ceuta puedes perder la eliminatoria. Supieron aguantar. Hacer lo que han hecho durante todo el año y que en un play-off se vuelve indispensable.
¿Tú que conoces el Nou Estadi, qué siente el jugador cuando salta al césped del estadio con 14.500 nastiquers?
Pregúntale el lunes a un jugador del Ceuta qué ha sentido. Con la afición del Nàstic volcada y un Nou Estadi lleno, porque el equipo ha generado ese sentimiento y ha motivado ese empuje, es difícil para el rival hacer frente a ello. Los jugadores del Ceuta sentirán que les pasa un tren por encima. Imagínate, que Godoy, que está en un momento dulce con el gol, tiene un chispazo y marca, pondrá al Nou Estadi en ebullición. Al Ceuta se le hará de noche.
¿Confías en el ascenso?
Sí. Tengo la sensación de que están muy cerca de lograrlo. Después pueden pasar muchas cosas en una eliminatoria, pero creo que están muy bien.
Has vivido dos ascensos (Alcoyano y Nàstic), ¿qué supone subir a Segunda?
En el fútbol, por un año bueno hay diez que no van tan bien. Por eso, ascender es el premio por todos los sacrificios que llevas haciendo, pero no solo este año, sino muchas temporadas. Subí en Alcoy y Tarragona, pero no hubo color. En el Alcoyano estuve lesionado. Con el Nàstic, todos los que llegamos en esa época era para ascender y conseguirlo, fue un huracán de emociones. Una barbaridad.
¿Para el jugador el fútbol profesional es otra historia?
Estadios, condiciones, salarios, todo. A la ciudad le viene perfecto. Viene gente de fuera. Y más ahora. Conseguir tener continuidad en el fútbol profesional es un saneamiento económico total para el club.
Otra similitud, en la plantilla de esta temporada, también hay un ‘canongí’: Alberto Varo.
Conseguirá el ascenso. Es el Zamora. Me acuerdo cuando empezó a subir al primer equipo con nosotros. Jesús Rubio le llamaba ‘El Canonja’. Por él, por Joan Oriol, Pol Domingo, la gente del ‘staff’ como Oli, Jordi Abella, la afición y la gente de Tarragona. Creo que subirán y me alegraré por todos ellos.
¿Has vuelto al Nou Estadi después de marcharte?
Un montón de veces. Cuando estaba en Bélgica vine al partido ante el Sevilla Atlético, con Raül Agné y que Pol Domingo marcó un golazo.
Hay mucha gente de Tarragona. Como Montalvo, Parra, Óscar Sanz...
Recuerdo cuando Óscar subía a entrenar con el primer equipo. Era un niño y ahora lo ves y es un jugador curtido. Los dos pivotes me recuerdan a los nuestros.
¿Algún consejo de veterano de los ascensos?
No soy nadie para aconsejar. Hay mucha experiencia en el vestuario. Disfrutarán del momento. Cuando salgan a calentar y vean la gente animando, las piernas van solas.
Decíamos antes que el Córdoba era el rival más complicado. También jugaste allí. ¿Ves igual de claro que subirán?
Sí. Son dos equipos que juegan bien a fútbol y cuando no tienen la pelota, están cómodos, es muy difícil superarles. Tienen figuras. Al Málaga no lo conozco tanto y tampoco me dice tanto.
Has acabado la temporada en el Reus FC Reddis. ¿Cuál es tu futuro?
Seguiré un año más. Estoy muy cómodo. Me he encontrado un grupo espectacular. Hacía tiempo que no me encontraba un vestuario así. Los jóvenes, el cuerpo técnico, con un amigo como Marc Carrasco al frente, el club, todo. Es muy agradecido encontrarte un proyecto así cerca de casa. Soy padre y por eso quería regresar a casa. Muy contento de estar y poder seguir un año más.
