Óscar Ramírez de 38 años no es un policía corriente, al menos en méritos. Todo lo contrario, se trata de un agente con una distinción a nivel mundial que le avala. Este policía local de Mont- Roig del Camp se alzó con el doble campeoanto del mundo en los Juegos Mundiales de Policías y Bomberos que se celebró en Los Ángeles.
Lo hizo en el deporte del kárate en las modalidades de técnica y combate. No obstante, no fue una sensación nueva. Óscar ya sabía lo que era ser campeón del mundo en la modalidad de técnica. Lo había logrado en dos ocasiones anteriores, en Belfast (2013) y Fairfax (2015). Sin embargo, el tiene claro que la más especias es “la primera, porque es en la que te preparadas por primera vez y estableces tus pautas que luego repites en los campeonatos siguientes”.
Unas pautas que no son sencillas puesto que obligan a dedicarles unas cinco horas diarias. Un tiempo importante y mucho más si se considera el hecho de que Óscar tiene que combinar su trabajo de policía con el de deportista. “Lo ideal sería hacer dos sesiones de entrenamientos diarias de dos horas y media, pero a mi me toca hacer una sesión de cinco horas”, afirma.
Este año no fue un Mundial fácil, puesto que “en líneas generales es un campeonato que en según que deportes no tiene mucho nivel, pero hay deportes como el karate, el judo o el triatlón que tienen un nivel muy alto”, explica el policía y karateka.
A pesar de contar con dos campeonatos mundiales entre la modalidad de técnica, fue una sorpresa alzarse con el doble entorchado. En la modalidad de combate, el Óscar Ramírez había cambiado de peso por lo que una derrota era más que factible. Sin embargo, revalidó titulo por tercera vez consecutiva.
En la modalidad de técnica o kata, el nivel del torneo era muy alto a pesar de la ausencia de los grandes dominadores de este deporte como son los japonenses. Sin embargo, los malayos fueron sus grandes obstáculos para alzarse con el titulo. Tuvo que enfrentarse a ellos en semifinales y en la gran final. “Curiosamente, fue mucho más dura la semifinal que la final”, relata Óscar.
¿Y cómo nace la pasión por el karate? Para contestar la pregunta, Óscar huye de historias fantásticas y casi heroicas. Responde con una naturalidad que se agradece. Con total seguridad, esa naturalidad es la que le ha llevado a conseguir cosas tan loables en el mundo del deporte. “Me apuntó mi madre porque era un niño poco gordito y travieso y empecé a notar que me gustaba la disciplina y entrenar muy duro”, señala todo un doble campeón del mundo.
En el día a día, Óscar comparte el ring con su profesión que es la de policía. Pese a que a priori el karate y el hacer velar por la ley son dos actividades muy alejadas, comparten la premisa de que el factor mental es un hecho determinante en la hora de la verdad. A Óscar, el karate le ha ayudado a la hora de desarrollar su profesión “porque pasamos muchos nivel de estrés”.
"Mi madre me apuntó a Karate porque era un niño poco gordito y travieso"Sin embargo, deja claro que las sensaciones que le producen una actividad y otra son totalmente contrarias. El hecho de que ambas tengas dos motivantes totalmente distintos es clave. “Una la haces por placer y has entrenador por y para ella. La otra te la encuentras encima y tienes que solucionar”, explica el tarraconense.
Óscar no ha ocupado portadas en diarios pese a su magnifico logro, quizás eso le ayuda a volver al mundo real con una mayor facilidad. Ha pasado cerca de un mes desde el Mundial, pero ya se siente más calmado y se encuentra en pleno proceso de recuperación. No obstante, deja claro que su retirada no está cerca, al menos mientras el cuerpo le responda. El siguiente mundial se celebra en China dentro de años y tiene claro que “quiere intentarlo”.