Esta noche a las 21.00 horas, Estambul acogerá la final de la Champions League 2022/23. Manchester City e Inter de Milán competirán por coger el testigo del Real Madrid en el sillón de campeón de Europa. En las gradas del Estadio Olímpico Atatürk un joven vallense sufrirá de lo lindo. Jordi Pascual, amigo personal del portero interista André Onana, se convertirá en un neroazurro más. Una garganta más para la causa interista. Saben que les espera una gesta. El City de Guardiola ha demostrado ser el mejor equipo del continente, eliminando a Real Madrid, en semifinales, y Bayern Munich, en cuartos. Pero la Orejona no siempre la gana el mejor...
Jordi Pascual conoce a Onana desde hace más de un lustro. El vallense trabajaba para la conocida agencia de futbolistas Promoesport. La empresa le adjudicó al camerunés como responsable de comunicación. El portero ya jugaba en el Ajax, después de formarse en La Masia del FC Barcelona. Estuvo desde los 13 años en las categorías inferiores azulgranas, a donde llegó procedente de la Academia de Eto’o en Camerún. Onana vivió en primera persona la sanción de la FIFA al club barcelonista por la contratación de menores. Durante dos años tuvo que irse al Vistalegre de Primera Catalana y al Cornellà, antes de regresar al Juvenil del FC Barcelona.
La relación entre el vallense y el portero se fortaleció cuando Onana tuvo que enfrentarse a una sanción por dar positivo en un control de antidopaje. «Un día me llamó y me dijo que le preparase un plan de comunicación, porque al día siguiente iba a saltar la información», cuenta Jordi Pascual. El dictamen de la UEFA fue duro: 12 meses sin poder jugar, entrar a unas instalaciones deportivas de un club federado e incluso entrenar con un técnico con empleo en una entidad. El ostracismo más severo.
Onana encontró su oasis en el Futbol Salou Sports Center, un recinto privado donde poder entrenar todo el tiempo que durase la sanción junto con Yvan Castillo. Lo que no se esperaba el futbolista camerunés era que quedase tan cerca de la casa de su responsable de comunicación. «Cuando me dijo que venía a entrenar a Salou le dije que se viniera a vivir conmigo a Vallmoll. Y estuvo 6 meses», explica Pascual. Un tiempo que reforzó tanto la relación entre ambos que cuando Onana cambió de agencia de representación le pidió a Jordi que siguiera con él. No solo para guiarle en temas comunicativos, sino como su hombre de confianza.
No fue una decisión fácil. El joven vallense estaba involucrado en la campaña de Joan Laporta para la presidencia del FC Barcelona. Tenía posibilidades de entrar en el club de sus sueños. Pero Onana ganó la partida al Barça y Jordi Pascual entró también en la nueva agencia de representación, Goal Management.
Habían vivido unos meses duros en Valls. La sanción le había alejado del fútbol profesional. Tanto que no participó ni en las celebraciones del Ajax por el título de liga. Lo siguió desde Vallmoll. Había interés de equipos como Arsenal, Olympique Lyon o Mónaco, pero ninguna en firme. Todos esperaban el juicio en el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) al que recurrió el futbolista cuando la UEFA le impuso los 12 meses de sanción. «Durante nuestros viajes diarios de casa a los campos de fútbol de Salou, en el avión, cuando nos íbamos de vacaciones en Dubai o Turquía, siempre que podíamos practicábamos el juicio ante el TAS. Los jueces consideraron probado que el portero no tomó el medicamento prohibido con fines de mejora deportiva, sino que atribuyeron su ingesta a un error. Pese a ello, los miembros del TAS no anularon la sanción, sino que la redujeron hasta los 9 meses. Suficiente, eso sí, para poder participar en la Copa de África que tuvo lugar en Camerún en 2022.
En junio de ese mismo año, Onana finalizaba su vinculación con el Ajax y firmaba por el Inter, dejando atrás la peor etapa como jugador profesional. Un tiempo complicado, pero del que se llevó a un amigo fiel, Jordi Pascual. También dejó buenos recuerdos en Tarragona. Como el New York de La Pineda, un sitio que le encantó y al que seguro que regresará. Y es que le han quedado cuentas pendientes. Como los ‘castells’. «Tenía pensado venir este verano. Su representante tiene una casa en Altafulla y habíamos planeado pasar parte de las vacaciones aquí, pero tenemos un proyecto de la Fundación André Onana con Cirujanos en Acción para operar a más de 300 niños y niñas de Camerún», cuenta Jordi Pascual.
Confianza en la final
Jordi Pascual ha acompañado a André Onana durante toda la Champions League. En los partidos en San Siro y también en los de fuera de casa. Incluido el choque ante su querido FC Barcelona en el Camp Nou. Un duelo que dejó fuera, prácticamente, al equipo de Xavi Hernández de la máxima competición continental. Una pequeña venganza el portero camerunés al club que le formó pero que no le dio la oportunidad en el primer equipo.
Sobre la final, Jordi Pascual admite que el Inter no es el favorito, pero ya le está bien: «Es un equipo que está más cómodo en el papel de víctima». Por la capital de la Lombardía se tiene esperanza en poder levantar la Cuarta Champions League. «La afición está convencida de que el Inter tendrá su momento. Confían en el buen orden defensivo del equipo y en la iluminación de Lautaro, en ataque», explica desde Milán. Admite que han tenido suerte en los cruces (Oporto, Benfica y Milan). Que cualquier otro camino les hubiera sido más difícil llegar. Pero una vez aquí, 90 minutos dan para mucho.
Onana tendrá uno de los mayores retos de su carrera. Frenar a Halaand, la mayor estrella goleadora del momento. No tiene miedo. La última vez que lo tuvo fue en la final de la Europa League frente a otro Manchester, el United. Esta vez confiará en su instinto para poder levantar el cetro europeo y quien sabe si pasear la medalla de campeón por Tarragona.