Alberto Benito (Altafulla, 1992) dejó entrever un potencial descomunal en el año de la graduación. Le disfrutaron en Tarragona, donde quemó etapas de formación junto a su socio Fran Carbia. En la 2012-13, Kiko Ramírez, probablemente su mentor deportivo, le llevó a los mayores del Nàstic. En el Nou Estadi admiraron sus virtudes en el costado derecho. Lateral profundo, con capacidad para el desequilibrio y buen sentido táctico. Disputó 29 partidos antes de tomar una decisión comprometida. Decidió salir del Nàstic en verano de 2013. Eligió Gijón como destino. Le esperaban en Mareo, aunque la relación con el Nàstic acabó con tormento. En los tribunales por discrepancias contractuales.
En el Sporting B, el carrilero participó mucho, con más de 20 apariciones en el filial en dos temporadas, aunque su nivel quedó atrapado. Por eso, este verano decidió darle un nuevo impulso a su carrera con otro cambio de aires. El Reus le atrajo. La propuesta ambiciosa del club sedujo sus aspiraciones. Firmó como apuesta de la dirección deportiva. Chico de la zona, todavía con 23 añosy el progreso intacto. No ha defraudado.
De menos a más
Alberto utilizó la pretemporada para poner la maquinaria a punto. Su rendimiento no deslumbró en la pre-época, aunque Natxo le mantuvo la fe. Le colocó en el once de los elegidos. La autoestima del defensor se alimentó. Hasta el punto que el nivel alcanzó un status elegido. El sábado, en el Mini Estadi, ante el Barça B, Benito exhibió de nuevo su repertorio. Dominó los dos fondos con autoridad y asistió en el primer gol de Ramon Folch. Fue el sexto pase de gol del curso (cinco y Liga y una en Copa del Rey), que le encumbra como mejor pasador del equipo.
Vigilado de cerca
Las buenas maneras del tarraconense no han pasado desapercibidas por los ojeadores. Las prestaciones del jugador se han encargado de llamar la atención incluso de equipos de superior categoría, que le mantienen en la lista de futuribles. En todo caso, Benito mantiene contrato con el CF Reus la próxima temporada. Firmó hasta junio de 2017.
El lateral acumula ya 25 partidos como rojinegro, todos ellos como titular. Para él, los elogios individuales no ciegan el objetivo colectivo. Sabe que el Reus necesita ascender a Segunda a para completar la excelencia del proyecto. Con él y con Cassamá en el lateral diestro, Natxo dispone de argumentos para sentirse seguro y confiado con cualquiera de las dos apuestas. La respuesta conlleva éxito.