Investigadores del ICS Catalunya Central han concluido el primer estudio comparativo de la salud de la población antes y después de la COVID-19. Los resultados buscan mejorar la planificación de la sanidad postpandémica en Catalunya. El estudio destaca que la mortalidad afectó “desproporcionadamente a los ancianos”, con el mayor impacto en mayores de 85 años, y que las personas con ingresos económicos más bajos tenían “tasas de mortalidad promedio más altas”. En cuanto al impacto por sexos, los hombres experimentaron más problemas cardiovasculares, mientras que las mujeres perdieron autonomía en actividades cotidianas.
El estudio retrospectivo se ha realizado con datos clínicos de más de 6 millones de pacientes en Catalunya, abarcando el 81% de la población. Financiado con una beca PERIS de 174.000 euros otorgada por el Departamento de Salud en 2022, los resultados se han presentado en Manresa y en Dublín, en un congreso europeo de atención primaria.
A pesar de que los pacientes con enfermedades crónicas ya tenían peores indicadores prepandemia, su salud empeoró de manera similar a los individuos sin estas condiciones. Esto sugiere que la ausencia de enfermedades crónicas podría subestimar el riesgo cardiovascular, afectando su control.
El estudio abarca datos entre enero de 2015 y junio de 2021 de 6.301.095 personas, extraídos del Sistema de Información de Atención Primaria del ICS (SIDIAP). Los resultados revelan un aumento de la mortalidad durante la pandemia y una disminución de afecciones crónicas como insuficiencia cardíaca (-26,7%), hipertensión (-15,1%) y diabetes tipo 2 (-14,6%), junto con un deterioro de indicadores clínicos como la presión arterial y el colesterol, especialmente en pacientes con enfermedades crónicas.
El objetivo principal era comparar los indicadores clínicos antes y durante la pandemia, considerando las enfermedades crónicas más prevalentes y el sexo, además de describir los factores socioeconómicos que influyeron en las tasas de mortalidad durante la crisis sanitaria.
Equipo de investigación:
El equipo estuvo formado por expertos en medicina familiar, salud digital, bioquímica, estadística y economía de la salud, con participación de investigadores de diversas instituciones, incluidas la Universidad de Girona, la University of Wisconsin-Madison y la Universidad Pompeu Fabra.