La relación que surge entre la fotografía con la literatura distingue a Rita Puig Serra (Barcelona, 1985), una artista universal que ha conquistado mentes privilegiadas y firmas comerciales de relumbrón con sus trabajos.
Esas obras que expone giran en torno al concepto de identidad y cómo esta se redefine a lo largo de nuestra vida. También explora la esencia de las relaciones humanas y la influencia que el amor, la muerte, la suerte o los recuerdos tienen en la construcción del ser humano.
Se formó en Humanidades, luego realizó un máster en Literatura Comparada y trabajó durante varios años en el sector editorial. La fotografía siempre le había interesado como espectadora, pero no fue hasta que tuvo una pareja que estaba estudiando este registro cuando descubrió que aquello era algo que le interesaba profundamente. Fue entonces cuando comenzó a investigar formaciones en fotografía y a desarrollar sus proyectos personales.
«Realmente, me di cuenta de que me apasionaba cuando cogí por primera vez una cámara. Desde entonces no he podido separarme de ella», reflexiona.
De este modo, CaixaForum Tarragona presenta hoy una nueva sesión del ciclo Trobades amb, que acerca a los artistas al público de una manera diferente. Estas citas se convierten en un espacio ideal para crear un diálogo cercano entre el público y el artista. En este caso, Rita Puig explicará su experiencia persona y creativa.

Su primer proyecto, Where Mimosa Bloom, se publicó en 2014 por Editions du Lic con una gran repercusión en el circuito nacional e internacional de festivales y eventos fotográficos, así como representación en medios. En 2016 recibió, junto a Dani Pujalte, la beca 20º Fotopres La Caixa para realizar la obra Good Luck with the Future, otra propuesta de gran impacto. Después trabajó en Hiberticer con Salvi Danés y David Bestué con el apoyo de Terralab.cat. Anatomy of an Oyster con Witty Books se convirtió en otra de sus obras maestras, que resultó ganadora de la décima edición de Art Photo Bcn y que fue protagonista de la gráfica, así como de un espacio de exposición en la feria en el Disseny Hub Barcelona, el pasado año.
Los textos que salpican su obra requieren de tanta atención o importancia como la personal imagen que los compone. El imaginario poético de la fotografía se reactiva con ellos.
Una relación evidente
La literatura y la imagen suponen casi un estilo de vida para la autora afincada en Barcelona. «De alguna manera he sustituido las palabras por la fotografía, es una forma de comunicarme, aunque en mis trabajos, las imágenes siempre van acompañadas de texto para completar su significado», comenta.
En las creaciones de Rita Puig hay, inevitablemente, un carácter autobiográfico. Por ejemplo, su primera propuesta, Where Mimosa Bloom, de 2014, la dedicó a su madre, que falleció en 2008. Luego, con Good Luck with the Future traza un viaje de senderos infinitos, con un punto de partida crítico y un destino incierto. Comenzó como una exploración de cómo nuestra generación vive y siente el futuro, para terminar en un intento de descubrir cómo lo percibimos nosotros mismos. El proyecto es acerca a lo que podría ser, y lo que será, aunque no lo sepamos todavía. Lo que nunca será, y también lo que ha sido repentinamente.
En este sentido, las imágenes de archivo le permiten muchas licencias, una de ellas le fascina; redescubrir el pasado. «Este tipo de fotos, que no tienen ninguna finalidad artística, hacen que puedas echar la vista atrás y eso, a mí, me atrae mucho».
Los trabajos personales se unen a los comerciales. El talento de Rita Puig no ha pasado desapercibido para grandes marcas multinacionales. Para esa labor, «tienes que modificar mucho el chip, ya vas mucho más marcada, aunque se realiza un trabajo de investigación previo», confiesa. Nike, Louis Vuitton, Mastercard, Philips o Reebok, entre muchos otros, han reclamado su dedicación.