Dice el proverbio tibetano que aquellos que escuchan la voz de las montañas jamás la podrán olvidar. Quienes hayan hoyado la Mola de Colldejou bien saben que frente a ella se presenta una majestuosa sierra cuyo nombre le es dado por un pueblo de origen medieval, Llaberia.
Desde sus alturas, uno siente la llamada de la aventura ante tal espectáculo. Sus picos, tan singulares como memorables, constituyen una invitación a explorar lo desconocido. De entre todos ellos destaca una cumbre coronada por un blanco radar meteorológico, tan visible desde la sierra como desde las playas de la Costa Daurada.
La cumbre en cuestión es La Miranda, que con sus 919 metros de altura se yergue como el pico más alto de la zona. Este será el motivo principal de la ruta de la semana, un itinerario con el que descubriremos, paradójicamente, la cara oculta de La Mola de Colldejou. ¿Qué sorpresas aguardan en esta sierra?
Instrucciones de la ruta
Estacionamos en el aparcamiento del Espai Natural Protegit de la Sierra de Llaberia, en el Carrer de la Font de Colldejou. Su acceso surge a mano izquierda en el kilómetro 14 de la carretera T-322.
Tomamos el Gran Recorrido (GR-7), al oeste de la localidad, hasta el Coll del Guix. De esta manera, nos dejamos guiar por sus marcas rojas y blancas a sabiendas de que se solapa con el Pequeño Recorrido (PR-C) 88. En el collado nos desviamos por el sendero conocido como Drecera d’en Ramon. Ganaremos altura hasta que debamos resolver una trepada de roca caliza que da acceso al radar meteorológico.
Llegados a este punto, o bien conquistamos las cumbres cercanas, como la Punta dels Frares (894 m), Mont-redon (863 m) y Cavall Bernat (840 m) o bien emprendemos el camino de vuelta a través del Portell de Llaberia, un sinuoso camino empedrado. En él confluyen el GR-7 y el PR-C 88, los senderos que abandonamos en el Coll del Guix. El regreso a Colldejou será asequible gracias a la pista forestal.
Si bien este es el itinerario propuesto, existe una alternativa más asequible. Estacionamos en el pueblo medieval que da nombre a la sierra, Llaberia, y tomamos el GR-7 y el PR-C 88 hasta el Portell de Llaberia y La Miranda. La vuelta la llevaremos a cabo por la pista forestal por la que pueden circular vehículos. Así reducimos el desnivel positivo o subida sin por ello renunciar a las vistas que ofrecen las cimas del lugar.
Dificultad de la ruta
Determinar la dificultad de una ruta ya es de por sí una dificultad. Por suerte, existen escalas de graduación que establecen la dureza a partir de factores observables. El Método SENDIF, creado por la Taula de Camins de l’Alt Pirineu i Aran, sostiene que la dificultad de un itinerario de senderismo depende, por una parte, del esfuerzo físico que este supone y, por otra parte, de los obstáculos del camino.
Desde el punto de vista de la dificultad física, esta ruta es de dureza exigente a juzgar por sus 9,89 kilómetros de distancia y 542 metros de desnivel positivo o subida. El tramo más demandante es, con diferencia, la Drecera d’en Ramon.
En él se agudizan la dureza física y técnica: las pendientes pronunciadas, unidas a que permanecer en la senda resulta confuso, requiere que mantengamos la concentración. Así las cosas, es recomendable el uso de los bastones de senderismo y de una aplicación móvil o mapa con que despejar nuestras dudas.
La cara oculta de La Mola
Es desde la cumbre de La Miranda que constatamos el carácter único de La Mola de Colldejou: su cima de 1 kilómetro de largo y 400 metros de ancho, características que le confieren la forma de muela convirtiéndola en la montaña por excelencia del Camp de Tarragona. Así como el nombre de otras alturas iguales o más importantes acostumbra a ignorarse, no sucede así con ésta.
Quienes se refieren a ella no emplean el sustantivo montaña, aunque lo sea, sino que basta con llamarla por su nombre para entender cuál es el objeto de conversación. Es cierto que existen otras muelas de característica similares, como la de Genessies en la Sierra de Vandellós o la del Moro en el Parc Natural dels Ports, pero el nombre se asocia inequívocamente a ella, de ahí que sea innecesario apuntar el apellido ‘Colldejou’.
La explicación está en la orografía de los alrededores: se trata de una muela solitaria de apariencia inexpugnable situada entre dos cuellos.
Otra muela de renombre es la del parque natural de Sant Llorenç del Mont i l’Obac, en la provincia de Barcelona. A poco que hablemos con un compañero oriundo del área metropolitana, descubriremos que su montaña no será la nuestra, sino la del Vallés Occidental.
Itinerario exigente
Distancia: 9,89 km
Desnivel positivo: 542 m
Dificultad física: exigente
Tipo de ruta: circular
Itinerarioasequible
Distancia: 6,35 km
Desnivel positivo: 239 m
Dificultad física: fácil
Tipo de ruta: circular