La operación salida del puente de agosto empezó el pasado viernes con más de 8,5 millones de desplazamientos previstos hasta mañana martes, 15 de agosto. Personas que anhelan dejar atrás las cargas y responsabilidades del día a día, y conseguir una óptima desconexión y bienestar en las vacaciones veraniegas, que deberían ser un periodo de tranquilidad y disfrute para todos.
¿Por qué es fundamental desconectar durante el período vacacional? «Porque para poder seguir, hay que saber parar. Estamos acostumbrados a vivir al límite y no nos damos cuenta de lo importante que es preguntarnos cómo estamos, cómo nos sentimos. Lo importante que es conectar con nosotros mismos, para luego volver al trabajo con las pilas cargadas», afirma la psicóloga y directora del Centro Psicoedúcate de Vila-seca, Miriam Recio.
Por su parte, la también psicóloga Carola Salgado, y miembro de Doctoralia, añade que «la no desconexión conseguirá que no seamos capaces de liberarnos del estrés, y, por tanto, que la vuelta a la rutina se nos haga cuesta arriba». Entonces, descansar durante las vacaciones es muy beneficioso para la salud física y psicológica. Todavía estamos a tiempo de desconectar para liberarnos del estrés, del agotamiento y de las preocupaciones y recuperar tu vitalidad.
Así, hay que prestar atención al bienestar emocional. «Para mí, el bienestar emocional es sinónimo de vivir tranquilo. De vivir en coherencia con uno mismo: que lo que pienso, siento y hago, vaya en harmonía. Y eso es muy importante porque de lo contrario, es cuando no nos hacemos caso, no nos escuchamos y vamos ‘en nuestra contra’ en vez de a nuestro favor», añade Miriam Recio.
Entonces, es muy común que, en la mayoría de los casos, en vez de aprovechar los días de vacaciones de forma consciente, traslademos nuestras ansiedades y estrés al punto geográfico escogido para viajar. Por ello, los siguientes son algunos consejos que contribuirán a no desperdiciar ni un solo segundo de paz y bienestar durante las vacaciones.
El valor del tiempo
Debemos dedicar tiempo a pensar cuáles son esas cosas que nos aportan bienestar y cuáles son las que nos restan energía, para tenerlo en cuenta a la hora de organizar las vacaciones. «La desconexión nos permite liberarnos de las pesadas cargas que arrastramos con la rutina. La sensación sería parecida a dejar en el suelo esas cargas y sentirnos libres para poder decidir qué queremos hacer en cada momento», explica Carola Salgado.
Cerrar obligaciones
Por su parte, Miriam Recio hace hincapié en que debemos «dejar todo listo en el trabajo antes de irnos». «En la medida de lo posible, no debemos autoexigirnos en exceso e ir haciendo descansos y parones. Y sobre todo, poner límites y no vivir para trabajar, lo que contribuirá a reducir el estrés en el trabajo para poder hacer una óptima desconexión», explica la psicóloga.
Entonces, también debemos aprender a gestionar el tiempo: «Dividir lo urgente y lo importante y hacer listas de prioridades. Lo de ‘no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy’ en el trabajo no sirve», añade.
La tecnología, a raya
Aunque la tecnología nos permite estar conectados a todas horas, esto, muchas veces, es la causa de que no seamos capaces de desconectar. Por este motivo, la directora del Centro Psicoedúcate de Vila-seca señala que debemos «ponernos horarios de móvil», para estar más conectados con nosotros mismos y con el momento presente. Asimismo, añade que «paradójicamente, con la tecnología creemos estar conectados, pero lo que hacemos es desconectarnos de nosotros y del presente. Así es que desconectar de las redes sociales para conectar contigo y los tuyos, es muy beneficioso».
En buena compañía
Las vacaciones son un buen momento para hacer las actividades que sabes que te gustan a ti, como aquellas que te gusta compartir con los demás. Por ello, es aconsejable «escoger bien nuestra compañía en vacaciones», afirma Miriam Recio. Así, debemos dedicar tiempo a aquellas actividades a las que renunciamos durante el año por falta de tiempo.
«Lo ideal sería no renunciar del todo durante el año. Darnos espacios para parar entre semana y el fin de semana, para no vivir esperando el verano. Pero a veces no sabemos o no podemos, démonos el espacio en vacaciones para poder disfrutar de las cosas que nos gustan», afirma la psicóloga.
Seguir con los hábitos
El ejercicio y una alimentación saludable contribuirán a nuestro bienestar en vacaciones. Por otro lado, podemos aprovechar el tiempo libre para hacer «deporte individual o social, jardinería, cerámica, ir a la playa, ocio con pareja amigos o familia, ver series, leer...», puesto que, según la directora del Centro Psicoedúcate de Vila-seca, contribuirán a aumentar nuestra energía y vitalidad. Asimismo, también podemos practicar la relajación: «La conexión con nuestra respiración es fundamental para conectar con la vida y con el ahora, con el momento presente», asegura la especialista.
Todo tiene consecuencias
Por todo lo expuesto, regresar a la rutina sin haber desconectado «sería un mal comienzo». «Sería parecido a ganar una maratón y seguidamente intentar ganar una segunda sin descanso. Mucha exigencia, poco resultado y, por tanto, mucha frustración por empezar de nuevo» ejemplifica la psicóloga Carola Salgado.
Por su parte, la psicóloga Miriam Recio advierte que las consecuencias de no desconectar son «estrés, estado de ánimo bajo, desgaste, baja energía... El no parar hace que el cuerpo no pare. Y nos avisa de muchas maneras: granos, caída de cabello, falta de respiración, mareos... El cuerpo es la voz del inconsciente. Esa que, a veces, no queremos escuchar».
En consecuencia, hay que sopesar los beneficios de la desconexión que «nos recarga de energía, estado anímico alto, alegría, relax... Si conseguimos desconectar, la vuelta a la rutina se hará más amena y, eso sí, cuanto más progresiva mejor».