Tras exhibirse en Barcelona y viajar hasta Madrid, el siguiente destino de la exposición Hàbitats de la fotógrafa Kris Ubach es Tortosa, coincidiendo con la sexta edición del Terres Travel Festival, donde hasta el 10 de septiembre se podrá visitar en el Palau Oliver de Boteller (Serveis Territorials de Cultura de la Generalitat en las Terres de l’Ebre).
Hàbitats recopila retratos que la fotógrafa ha acumulado desde 2005. «Son imágenes de personas en su lugar de trabajo, y todas están hechas de la misma manera, con la persona centrada en la imagen, y en un segundo plano se ve el entorno en el que trabaja», describe Kris Ubach. Así, la primera imagen coincidió con un viaje a la Isla Reunión. «Conocí a un agricultor que cultivaba vainilla y fue la que me inspiró a seguir con la serie», explica la fotógrafa.
La exposición invita a dar la vuelta al mundo, siguiendo la esencia del Terres Travel Festival, para descubrir desde un monje budista en Shanghái hasta una bailarina argentina, pasando por un juez de paz de una fría localidad finlandesa o un vendedor de ricas sedas en Singapur. Todos los protagonistas se hallan en sus hábitats de vida y trabajo.
«Durante todos estos años, y coincidiendo con los viajes que hago para hacer reportajes, he estado atenta para encontrar a personas cuyos trabajos me resulten interesantes», explica Kris Ubach. Por ello, ha acumulado centenares de fotografías, pero únicamente alrededor de ochenta han sido las elegidas para formar parte de la colección.
«En Tortosa, durante el Terres Travel Festival, mostraré 26 imágenes y otras serán proyectadas», describe y destaca que «todas las fotos están hechas con un objetivo gran angular, mientras que en la selección final ha influido la estética y la expresión de la persona, por ejemplo, a través de la mirada».
«Cuando la gente mira a cámara, establece una conexión contigo, pero sobre todo con el espectador, es decir, la mirada de la persona pasa a través de mí para llegar al público. Es algo mágico», afirma la fotógrafa.
Vidas anónimas
Como fotógrafa, Ubach compagina su faceta profesional con el proyecto Hàbitats: «Mi trabajo como fotógrafa de viajes es mi faceta profesional, mientras que Hàbitats es mi proyecto personal y vital». En este sentido, pone en valor que «con cada persona que he retratado he tenido una conversación, por lo que las imágenes forman parte de mi vida». Y es que para Ubach «el retrato es la madre de todos los estilos de fotografías».
Así, la misma dice que «la exposición se llama Hàbitats porque me he dado cuenta de que el proyecto se ha convertido en un ensayo sobre el trabajo en el mundo, es decir, como el espacio de trabajo se convierte en nuestro hábitat; es una reflexión de cuántas horas pasamos trabajando y de cómo el espacio se convierte en nuestro entorno natural». Si bien, cuando se ha acercado a alguien para preguntarle si se dejaría fotografiar, no siempre le han dicho que sí. «Muchas veces te imaginas la escena, pero no te dejan hacer la foto, y otras me sorprendo porque dicen que sí, como me ocurrió en Finlandia, donde retraté a un juez de paz oficiando una boda en el interior de una iglesia de hielo», explica Ubach. Una experiencia que se repitió con una vigilante de seguridad en un casino de Las Vegas.
Cuando se trata de retratar mujeres ha tenido algunas dificultades. «A veces ellas no han querido y otras no las han dejado. Por ejemplo, en la India debía pedir permiso a sus maridos y en los países árabes muchas no trabajan. Pero cuando viajé a Túnez, retraté a una mujer en su casa, para reivindicar que, aunque no estén remuneradas, las tareas domésticas son un trabajo».
Ubach reconoce que «para mí es imprescindible establecer relaciones con otras personas, ya que no concibo las fotos robadas». «Siempre pido permiso a la persona, así que acercarte ya supone entablar una conversación, aunque a veces con una sonrisa ya te comunicas», concluye Kris Ubach