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Joaquín Camps: «Muchas veces se recurre al dolor físico para maquillar otro emocional, más agudo»

‘La oscuridad que habita en mí’ es el último thriller psicológico del autor

24 agosto 2024 10:53 | Actualizado a 24 agosto 2024 11:27
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La vida de ensueño de Cameron se desmorona, quedándole un único consuelo: espiar la casa de enfrente, donde vive su exmarido con su actual esposa. Cuando la hija del matrimonio desaparece, las sospechas recaen sobre ella. Pero hay alguien especialmente interesado en averiguar si la joven influencer cometió el crimen: ella misma. La oscuridad que habita en mí es un thriller psicológico de Joaquín Camps, publicado por Planeta.

Engaña mucho al lector.
En eso consiste, en jugar al ratón y al gato con el lector. De hecho, al estar narrada en primera persona, para intentar engañar al lector de un modo honesto, sé que parece un oxímoron, pero es así, esa primera persona hace que sientas que a la que mejor conoces es a Cameron.

$!Joaquín Camps: «Muchas veces se recurre al dolor físico para maquillar otro emocional, más agudo»

¿Cómo surgió?
Precisamente durante un viaje que hice a Barcelona, yo vivo en Valencia, fui a Planeta, a hablar con mi editora. Me quedaban dos horas para el tren y nunca había estado en Pedralbes y me di un paseo por la avenida Pearson. Me di cuenta de que además de todo el lujo y la ostentación, hay una atmósfera sofisticada, pero a la vez un poco siniestra en algunas de esas mansiones decimonónicas y pensé que ahí había una novela. El año que estuve escribiéndola, en mi archivo, en el ordenador, la llamaba Avenida Pearson, lo que ocurre es que cuando tuvimos que poner el título, este dice muy poco fuera de Barcelona y buscamos otro con un poco más de contenido.

Barcelona es una protagonista más.
Sin duda. Barcelona me encanta y que se desarrollara allí me hacía ilusión.

Tiene alguna crítica como la invisibilidad de la mujer en según qué ámbitos, edades o físicos. Ella lo reivindica mucho, como la superficialidad de las redes sociales.
Siempre intento escribir lo que a mí me gusta leer y en los thrillers, sin duda hay un componente necesario, pero no suficiente, que es que tiene que entretener, que la trama tiene que atrapar. Y yo diseño mis tramas para eso, para que atrapen. Pero además, me gusta hacer pensar un poco al lector. Y eso lo consigo a través de los personajes.

«Un cambio físico permite hacer reflexionar sobre la fragilidad y la vulnerabilidad de la belleza»

Con Cameron
Efectivamente. Cameron empieza siendo una chica un poco frívola, joven, guapa, influencer, viene a vivir una aventura europea, se enamora de un chulazo... Y eso le da una atmósfera un poco, pues eso, frívola. Pero de repente a Cameron le pasa algo. Y ese cambio físico originado por su enfermedad mental, permite hacer reflexionar sobre la fragilidad y la vulnerabilidad de la belleza y cómo algo que puede pasarnos a cualquiera, te desmonta la vida porque cambia tu físico. Y es verdad que cuando estás en edad reproductiva y ya nadie te mira, es que se te puede hundir la vida si no haces un esfuerzo de crecimiento interior, como es el que hace Cameron a lo largo de la novela. La Cameron del principio no es la Cameron del final, por lo que parece tan banal como que ha cambiado el físico, pero no es nada banal. Gracias a su enfermedad, la Camerón del final es mucho más auténtica.

¿Qué es más duro, el dolor emocional o el físico?
Me he documentado sobre todo en temas de psiquiatría y una cosa que me impresionó mucho es que muchas personas, sobre todo mujeres que se autolesionan, automáticamente son catalogadas de locas. Y no es así. Muchas veces recurren al dolor físico para maquillar un dolor emocional que es mucho más agudo. Y eso me impresionó tanto, que por eso meto en la novela un diálogo sobre el tema. Porque a Cameron le pasa algo así. No soporta el recuerdo de lo que podría haber sido su vida y por eso se tortura con algo parecido a una televisión física como es subir a una casa, abrirse una botella de vino y contemplar cómo su ex hace el amor con su nueva mujer.

En todo caso, nada es lo que parece.
Lo que he intentado con la novela, no sé si lo he conseguido, es que el lector, al estar narrada en primera persona de la mano de Cameron, que la presento como una buena tía, vaya dudando, como duda Cameron, de si ella es verdugo o víctima. Esa dualidad, si es verdugo o víctima, o es las dos cosas, creo que es lo que mantiene en el lector las ganas de seguir leyendo. Pero finalmente, todo se resuelve con el más mínimo detalle porque no soporto los thrillers donde quedan cabos sueltos. Lo odio. Entonces, antes de escribir un renglón de mis novelas –yo soy lo que se llama en el sector, un escritor de mapa, no de brújula– planifico el argumento hasta el más mínimo detalle. Y luego ya cuando escribo, me doy libertad para construir personajes y lo demás. Pero me obsesiona que esté todo bien cerrado y bien armado. Entonces, todas las dudas se resuelven.

Al final, son relaciones personales: celos, envidias, ambición, todo está ahí.
El hilo vertebrador de la novela es el amor y el desamor. Queremos conocer cómo evoluciona la vida sentimental de Cameron. Del Richard inicial, que era un novio de cromo, al chulazo de David y luego la soledad del abandono, ¿qué va a pasar con Cameron, con su corazoncito? Es una novela también de sentimientos.

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