Gallicant es una aldea medieval cuyo origen se sitúa en los tiempos en que los sarracenos dominaban las montañas de Prades desde la fortaleza de Siurana. Abandonada a mediados del siglo XX a causa de sus duras condiciones de vida, hoy renace de entre sus cenizas gracias al proyecto de recuperación que ya se está desarrollando en su núcleo de población. La ruta de esta semana es un viaje al siglo XX que cuenta en su haber con múltiples puntos de interés: el Puig de Gallicant, una colina de 1.010 metros de altura desde la que podremos ver el mar, las casas de Gallicant, hoy en proceso de restauración, y el campamento Militar de Los Castillejos, el complejo que acogió a miles de estudiantes superiores que cursaron el servicio militar en la zona. Este recorrido, que carece de dificultad física y se puede hacer en familia, nos invita a especular sobre cómo será el futuro del lugar gracias a las tareas de recuperación.
Dificultad de la ruta
Determinar la dificultad de una ruta ya es de por sí una dificultad. Por suerte, existen escalas de graduación que establecen la dureza analizando factores observables. El Método SENDIF, creado por la Taula de Camins de l’Alt Pirineu i Aran, sostiene que la dificultad de un itinerario de senderismo depende, por una parte, del esfuerzo físico que este supone y, por otra parte, de los obstáculos o condiciones del camino. Desde el punto de vista de la dificultad física, este recorrido es fácil, siendo su punto más demandante la conquista del Puig de Gallicant. Este tramo es el más duro y el más técnico en tanto que implica afrontar pendientes pronunciadas en las que los bastones de senderismo nos serán de gran ayuda. Si las fuerzas no nos acompañan, conviene recordar que subir la colina es opcional.
Rumbo a Gallicant
Entre el kilómetro 4 y 5 de la TV-7092, cerca del extinto campamento militar de Los Castillejos, surge una pista forestal en cuyo inicio podemos aparcar. De seguir el camino llegaremos a un cruce: recto, coronaremos la colina, a la derecha, alcanzaremos la aldea a través del Camí de Gallicant a les Pinedes. Una vez en la pedanía, y habiendo disfrutado del mirador de Siurana y la Serra de Montsant, volveremos a la bifurcación mencionada. Desde este punto podemos o bien deshacer nuestros pasos o bien tomar el camino paralelo que a los pocos minutos nos devolverá a la pista forestal y al lugar en el que aparcamos.
Así era Gallicant
Gallicant es una aldea de origen medieval con carácter de atalaya que pertenece al término municipal de Arbolí. El lugar fue utilizado antaño como punto estratégico por los sarracenos, pues desde él observaban la fortaleza de Siurana y sus alrededores. De hecho, el nombre de Gallicant alude a su ventajosa altura, desde la que podría escucharse el primer canto del gallo. Tal era su importancia que Ramon Berenguer IV encargó fortificar y repoblar la zona en una carta de población fechada en 1158, después de que cayera Siurana en manos cristianas y se forjara la leyenda de la reina mora.
Esta pedanía estaba formada por una hilera de 9 casas con nombre propio que daban la espalda a la Sierra de Montsant. Los vecinos vivían de la modesta producción que les proporcionaba la tierra contigua a sus casas, así como de la tala de árboles y pinos, de la que obtenían carbón vegetal gracias al proceso del carboneig, que fue especialmente importante en las Muntanyes de Prades. A pesar de que en 1920 vivió su apogeo demográfico, alcanzado los 60 habitantes, su proceso de abandono se desarrolló a lo largo de la primera mitad del siglo XX, concluyendo después de la Guerra Civil. Entre las causas del abandono se cuentan la escasez de agua, que jamás llegara la electricidad y el aislamiento de su núcleo de población. Su éxodo comparte mucho con el de La Mussara.
El campamento militar
Construido el 1950 en honor al General Prim, el Campamento Militar de Los Castillejos fue un complejo militar situado en el término municipal de Arbolí, a escasos kilómetros de Gallicant. En él se impartió la Instrucción Premilitar Superior (IPS), una modalidad del servicio militar dirigida a titulados superiores que aspiraban a obtener el grado de suboficial u oficial. En sus más de 650 hectáreas había una cantina, comedor y duchas, así como una piscina olímpica, un campo de fútbol y un cine. Estas instalaciones eran disfrutadas por los más de 5.000 estudiantes de primer y segundo curso, cuyo servicio se repartía a lo largo de 10 meses y finalizaba con la Jura de Bandera celebrada en la plaza de armas. La presencia de dichos estudiantes revitalizó la economía de Arbolí, así como la de Gallicant. A la aldea se acercaban los jóvenes a encargar comidas o el lavado de sus ropas a cambio de dinero, sin embargo, el proceso de abandono se consumó poco después, en los años sesenta. La última promoción que acogió el campamento fue la de 1972. A partir de entonces, fue utilizado por otras unidades militares hasta su abandono definitivo con la llegada del nuevo siglo.
