Girar con una banda de éxito no impide que cualquier músico recuerde sus raíces. El caso de Ferran Piqué, guitarrista de Els Amics de les Arts, se ha convertido en un ejemplo curioso. A pesar de que se marchó de Reus a los ocho años, todavía conserva un vínculo emocional importante con la capital del Baix Camp, a la que ha regresado después para visitar a viejos amigos y para también subirse al escenario. Ha tocado en el Fortuny y en el Bartrina a lomos de un grupo que hoy es bandera de la música pop en lengua catalana.
«Aunque me fui hace muchos años, todavía siento muchos recuerdos y me acuerdo de los lugares más emblemáticos. Llevo a Reus en el corazón», refleja el protagonista, que se ha marcado, junto al resto de la formación, otra gira extensa por todo el país durante el verano. Los tiempos de aire libre suelen ser intensos para Els Amics de les Arts desde hace un puñado de años. Cuentan con la bendición de un ejército de fans que se emocionan con sus canciones.
El último disco
Allà on volia luce como última obra en forma de disco de la banda, un álbum de desmitificación de los ideales juveniles, de recomposición emocional y de tener los pies en el suelo, con el revitalizador sello del productor escocés Tony Doogan. Canciones con efervescentes estribillos descreídos, llenos escepticismo y alegría de vivir.
En la creación participa de forma intensa Piqué, con la destreza en la guitarra y los rasgos de su voz característica. Entre el mar de shows que Els Amics de les Arts ofrecieron durante el verano, Cambrils quedó marcado en fluorescente. En pleno concierto, el mismo Ferran reivindicó más visitas al sur de Catalunya. «En general y no sé muy bien por qué, cuesta más bajar al sur. Y eso que el público del sur es algo más salvaje, muy entregado».
El grupo nació en un piso de Barcelona en el que cuatro jóvenes coincidieron por estudios. Eduard Costa (1977), natural de Banyoles, realizó un doctorado de ciencias ambientales; Ferran Piqué (1980) cursó la carrera de arte dramático; Joan Enric Barceló (1981), de Vidreres, completó la filología inglesa en la UAB y tres años de arte dramático en el Col·legi de Teatre de Barcelona; y Dani Alegret (1983), barcelonés, compaginaba los estudios de filosofía en la UAB con el grado superior de composición y arreglos del Taller de Músics.
En aquel piso de estudiantes sucedían situaciones tan originales que ya presagiaban un talento artístico especial entre ellos. «Cada semana, uno de nosotros tenía que aconsejar un CD de música y pegarlo en la pared», rememora Piqué. «En un piso de estudiantes es la primer vez que tú pones tus propios límites. Lo de colgar un CD en la pared nunca lo podríamos haber hecho en casa de nuestros padres», añade. De aquel piso también salió la primera maqueta de Els Amics de les Arts, se gestó la historia de una banda referente en lengua catalana.
Defender la lengua
«Nosotros cantamos en catalán porque soñamos en catalán», refleja el reusense. «Si no cantamos y hablamos en catalán nosotros, ¿quién lo hará?», apostilla. El guitarrista de Els Amics de les Arts considera que «no somos abanderados de nada y probablemente cantar en catalán te limita a nivel de mercado, pero nunca hemos pensado en números. Nosotros creemos que es una buena forma de preservar la lengua y lo que nos emociona».
En todo caso, el músico considera que «hay artistas catalanes que hacen música en otro idioma que tienen un talento increíble». Desde luego, el presente de Els Amics de les Arts resulta fructífero.
Els Amics de les Arts formaron como cabezas de cartel el último Festival Internacional de Música de Cambrils y también actuaron en Bot este verano.
