«Si no tienes nada nuevo que decir lo mejor que puedes hacer es callar». Con estas palabras, el artista Joan Rom –quien vive y trabaja en Castellvell del Camp– explica por qué decidió hace más de dos décadas cesar la actividad artística y cerrar el taller que entonces tenía en Mont-roig del Camp. «La decisión tuvo que ver con la percepción del momento en que dejé de trabajar y la sensación de que lo que quería decir, ya lo había dicho; de que difícilmente lo podría decir mejor; de que tampoco me interesaba decir otras cosas; y también porque no quería crear imagen en movimiento, que era la tendencia a finales de los noventa», explica el artista.
Después de este paréntesis, Joan Rom vuelve a exhibir su arte en público en la exposición temporal El lloc, que hasta el próximo 27 de noviembre se puede visitar en el Museu d’Art Modern de la Diputació de Tarragona (MAMT). Se trata de la primera exposición individual de Joan Rom en la ciudad.
El lloc muestra obras escultóricas, collages y fotografías de nueva producción realizadas entre los años 2020 y 2022, con las que el artista retoma la actividad y, a la vez, da continuidad a un conjunto de trabajos que ponen de manifiesto las calidades matéricas del objeto artístico. «Mi estímulo para trabajar es la relación con el entorno, con materiales y objetos que encuentro en el paisaje, el lugar donde vivo, etc. Después de tantos años, he vuelto a encontrar la manera de relacionarme con el entorno a través de los materiales encontrados», afirma el artista.
Del título de la exposición, El lloc, Joan Rom dice que «se debe a que el trabajo que presento sería muy diferente si estuviese viviendo en otro lugar, es decir, es producto de haber vivido toda la vida en el Camp de Tarragona, de haberme preguntado por cuestiones que tienen que ver con el paisaje y la manera en como nosotros habitamos cada lugar».
Paralelamente a esta mirada geográfica, el artista asegura que El lloc «se puede entender como un espacio mental que construimos a lo largo de la vida y que tiene que ver con los recuerdos y también cómo nos vemos a nosotros mismos y nos relacionamos». Así, «construyendo este lugar mental podríamos habitar cualquier otro sin sentirnos extraños», afirma Joan Rom.
Las obras
«Recuperar algo que ya ha sido utilizado para darle un nuevo uso o establecer otra mirada» es el hilo conductor de la exposición. Así, utilizando materiales de construcción recuperados de vertederos o rieras, el artista presenta las obras Vedat y Idili. «He ensartado las piezas para darles forma y direccionalidad y convertirlas en obras que discurren entre la escultura, el relevo y el dibujo a gran escala, entendiendo la pared como una hoja en blanco», afirma Joan Rom.
En cuanto al proceso, el artista dice que «mi intervención consiste en hacer muy pocos gestos, pero cargados de intención; no me gusta manipular ni transformar los materiales, prefiero mostrarlos tal y como eran en su origen».
En la misma sala de exposiciones temporales comparten espacio Fanadura y Calendari. «Durante tres años he hecho de espigolador, ya que me he dedicado a recoger còdols», explica el artista, quien añade que «me interesa utilizar materiales cotidianos que todo el mundo conoce, aunque muchas veces ni tan solo les dedicamos una mirada, y presentarlos de tal manera que inviten a volver a ser vistos, porque tienen nuevas posibilidades de mirarlos desde un punto de vista artístico».
En esta zona, el artista también muestra cuatro fotografías que describe como «imágenes documentales que cuestionan el concepto clásico y heredado de belleza». «Cuando nos encontramos con objetos que contaminan el paisaje, pero que como imagen pueden tener cierto componente de belleza, nos preguntamos si puede existir la belleza en algo que es feo. La respuesta está en la mirada del espectador». La última obra que se puede ver en este espacio pertenece a 2013: Jolito. «Significa algo que está en suspensión», explica Joan Rom.
La exposición continúa en la Sala 0 con una selección de collages. «En muchos aparece la idea de paisaje y tienen en común, con las obras anteriores, la reutilización de materiales, ya que son imágenes recopiladas de revistas gráficas. El trabajo es intuitivo y técnicamente poco sofisticado», explica Joan Rom, quien matiza que «aunque la técnica es muy simple, no lo es tanto el procedimiento, porque las imágenes están seleccionadas entre miles de imágenes». En el mismo espacio también muestra una pieza que evoca el trabajo de Joan Rom durante la década de los noventa, utilizando una estructura de madera y tejidos reutilizados. Por último, en La Capella aguarda la obra Aphanisis «en referencia a algo que se desvanece».
Por todo ello, el director del MAMT, Manel Margalef, resalta la trayectoria del artista: «Joan Rom es uno de los artistas de la demarcación con mayor reconocimiento internacional, desde la crítica hasta las galerías más importantes del mundo; así, sabedores de su intención de volver a mostrar su obra, tuvimos claro que su trabajo merecía nuestro reconocimiento y admiración para dar a conocer esta nueva etapa».