«Revolucionado para reivindicar la figura de la mujer a través de la canción tradicional; evolucionado por el paso al frente que hace en la representación, las nuevas melodías. En definitiva, diferentes cuadros musicales para ser escuchados como historias alrededor del fuego».
Esta es la razón de ser del espectáculo El cançoner R-evolucionat con el que Anna Amigó Vilalta (L’Espluga del Francolí, 1982) ha participado en solitario en el Noia Harp Fest (Festival Internacional de Arpa de Noia), de Galicia. Se trata de la segunda vez que la joven música actúa, ya que el año pasado acudió con el dueto de violín y voz Formiga and Cigale, que integra junto a Eva Genniaux.
En esta ocasión, el público pudo disfrutar y descubrir romanços del cançoner catalá de una forma diferente. «Coincidiendo con el centenario de la Obra del Cançoner Popular de Catalunya, que es un proyecto de principios de siglo en el que, a través de misiones por diferentes pueblos de Catalunya formadas por un filólogo y un músico, se registró el patrimonio musical de cada zona, decidí crear el repertorio, que también incluye algunas canciones del Cançoner tradicional del Baix Camp i el Montsant, editado por Carrutxa», detalla la arpista.
Pero Anna Amigó se ha tomado la licencia artística de dar a este legado musical un giro de 180 grados. «Originalmente, eran baladas en tonalidad mayor y muy extensas, ya que se cantaban durante la jornada en el campo, y que además escondían mensajes sociales», recuerda. Así, como los tiempos han cambiado, la arpista dice que «he transformado las melodías hacia ambientes menores, así como las letras, puesto que hoy en día hay cosas de aquella época que no se explicarían, que se narrarían de otra manera o incluso acontecerían otros hechos diferentes».
Por todo ello, en el repertorio que brindó al público del Festival Internacional de Arpa de Noia no faltó El Testament d’Amèlia, Isabel (Dotze cavallers) o La Dama de Reus (El Capitel·lo), historias que se pudieron vivir en el auditorio al aire libre de Cabañitas del Bosque, en Albeida, un espacio único para un repertorio tan especial coincidiendo con el año del centenario de la Obra del Cançoner Popular de Catalunya. «La música también se disfruta a través la vista, en el lugar donde estás, y un concierto en medio de la naturaleza es algo que hace crecer la música», concluye Anna Amigó.
