Apostar por la movilidad sostenible para reducir las emisiones y evitar el colapso de circulación de las ciudades. Ese es uno objetivos para la mejora de la calidad del aire y de la salud (física y mental) de quienes deben desplazarse a la ciudad desde fuera de la urbe y que ahora lo hacen en coche particular.
Con la implantación de las zonas de bajas emisiones (ZBE) ya se impide la entrada a la ciudad de miles de coches considerados contaminantes, lo que motiva quejas de quienes ven vetada su entrada a la ciudad para trabajar, pero no pueden cambiar de coche por el coste que supone.
En el caso del Baix Penedès, que ha multiplicado la población con personas que a diario deben desplazarse a Barcelona para trabajar, el servicio de tren está mostrándose desde hace meses muy deficiente con retrasos y una saturación que indigna a los usuarios.
Un centenar de estaciones
El planeamiento que expuso la Generalitat hace dos años es que un centenar de estaciones del tren del entorno metropolitano, entre las que están las de Sant Vicenç de Calders, El Vendrell, Calafell y Cunit, fuesen ‘park&rides’, aparcamientos de intercambio, en los que quienes tuviesen que desplazarse a la Ciudad Condal pudiesen dejar sus coches cerca de las estaciones para ir a la urbe en tren.
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Eran en 81 municipios de la región metropolitana de Barcelona y 102 estaciones en las que en una veintena habría obras para una nueva construcción del aparcamiento. En el resto se potenciarían las áreas próximas para estacionar.
Ese centenar de zonas aparcamientos previstos debían crear unas 15.000 plazas. Las pensadas para las estaciones de tren del Baix Penedès debían tener más de 300 plazas cada una.
La Generalitat consideró que 41 ‘park &ride’ eran prioritarios, pero solo se han terminado tres y todos de la red de Ferrocarrils de la Generalitat y no del gestor ferroviario Adif. Son las empresas públicas quien deben financiar esas obras.
En el caso de Sant Vicenç de Calders, Calafell y Cunit son muchos los que de las urbanizaciones diseminadas por los municipios e incluso de localidades vecinas cogen el tren a diario y llegan a las estaciones en vehículo privado.
Faltan muchas plazas
Pero en los tres municipios faltan plazas de estacionamiento que faciliten el uso de transporte público. Y más teniendo en cuenta que con la gratuidad de los billetes de tren (ya se verá hasta cuando dura pero puede tener los días contados) se ha incrementado el número de viajeros.
En Calafell el aparcamiento de Adif junto a la estación se ha quedado pequeño. Además cientos de plazas en calles cercanas a la estación de tren y que eran gratuitas han pasado a ser de zona naranja, de pago, en julio y agosto, lo que no ayuda a ese uso del transporte público pretendido por las administraciones para favorecer a la movilidad sostenible.
En Cunit junto a la estación hay una gran explanada pero que también ha pasado a ser de pago.
Reclamación
En Sant Vicenç de Calders no hay prácticamente espacio para aparcar, no ya en el recinto ferroviario, sino en todo el entorno. El proyecto anunciado hace décadas para ese park&ride es inédito.
Los usuarios reclaman hace años que para facilitar la movilidad en tren deberían habilitase espacios de aparcamiento junto a las estaciones. Además del que debería ser presupuesto buen funcionamiento del servicio de tren.
Esos aparcamientos deben tener en cuenta que hasta las estaciones pueden llegar vecinos en patinete o bicicleta por lo que deben diseñarse con espacio para guardar con seguridad estos vehículos de movilidad personal.
El plan director detalla además el tipo de construcción, que debe estar integrado en el entorno, y que la gestión podrá ser directa a cargo de la administración que ha impulsado la obra o mediante concesión y poder contar con servicios de restauración o de paquetería para dejar objetos.