El mal estado de algunos tramos de las aceras de los alrededores de diferentes centros educativos y del centro geriátrico de Salou tiende preocupados desde hace algunos años a los progenitores de los jóvenes, niños y a los propios abuelos. Todos ellos exigen un arreglo inmediato y urgente de las zonas más deterioradas. «Cada vez están en peor estado. Acabamos andando la mayoría por el carril bici, sabiendo que no es el lugar por donde debemos transitar», explica Mónica, una de los madres que diariamente lleva a sus hijos a la Escola Vora Mar, pero podrían ser también las escuelas Salou, Elisabeth, Cavallet de Mar, el instituto Marta Mata o el Centre d’Adults.
En un radio de poco más de medio docena de calles (Pau Casals, Maria Castillo, Domènec Sugrañes i Gras, Rosa Sensat, Jaume Vicens Vives o Montserrat) el suelo se levanta irregularmente a cada paso, con la consiguiente facilidad para tropezar y caer. «Los chavales salen corriendo, pueden trastabillarse o empujar a otros o a una persona mayor y acabar por hacerse daño», asegura Jesús, otro de los padres que ocasionalmente va a buscar a su hijo a uno de los centros.
Son situaciones que vienen alargándose ya en el tiempo y que «parece que vayan a arreglarse nunca», señala Victoria Ortega, presidenta de los propietarios de los apartamentos del centro geriátrico Vitabitat (viviendas para mayores de 55 años). De hecho, «ya le he enviado al Ayuntamiento dos quejas en forma de carta: una por la proliferación de gatos en la zona y los perjuicios que pueden ocasionar. La otra es por el pésimo estado de las aceras y alcorques en los alrededores del centro en el que vivimos». Se da el caso de que por la zona, al igual que en los colegios, suelen pasear madres con carros, mayores con sillas de ruedas o muletas.
Ir por el carril bici
En el suelo hay adoquines, que en muchos casos se han levantado formando montañas a causa de las raíces del arbolado. «El Ayuntamiento no ha sabido adaptar la vegetación a la zona», afirma Victoria.
También es fácil ver baldosas rotas y levantadas que han causado algún que otro susto y traspiés. «Muchos niños van al colegio con sus madres y abuelos y ya ha habido varios sustos en forma de tropezón. Yo misma me he tropezado algunas veces», asegura Milagros. La solución más práctica: «¡acabamos andando los viandantes por el carril bici! Sé que no deberíamos hacerlo, pero las madres preferimos la seguridad de este trazado, que es liso y no tiene irregularidades. Lo único que debemos hacer es estar atentas a que no pase ningún patinete o bicicleta». Su esperanza es que el consistorio tome cartas en el asunto.
El consistorio podría ponerse a ello, aunque no hay fecha exacta. Según explica el concejal delegado de Projectes Urbans, Obra Pública i Ordenació i Protecció del Paisatge Urbà, Xavier Montalà, «el arreglo de las aceras que necesitan reparación de Salou se realiza con una planificación y lo llevan a cabo o bien los operarios de la Brigada Municipal o empresas externas». Y añade que «según la gravedad de la incidencia y si existe peligro para el peatón, se actúa de inmediato y de forma urgente con la Brigada. Si no, se agrupan todas las incidencias y se contrata a una empresa externa para realizar las reparaciones, según un calendario». Este podría ser el caso, dado que no se trata de un punto concreto de actuación sino de varios alrededor de estas zonas.
Montalà dice que «en cada legislatura se realiza una actuación generalizada para mejorar la vía pública y embellecer la ciudad. Existe una previsión económica y de inversiones, en este sentido. Se dedica especial atención a los pasos de peatones y aceras de todo el municipio».
Inspecciones de las aceras
El concejal añade que «las inspecciones de las aceras se realiza regularmente, ya sea por la concejalía competente, como por técnicos municipales y también a través de un aplicativo a través del cual la ciudadanía puede enviar incidencias que detecte en el Ayuntamiento» e incide en que «también debemos tener en cuenta que algunas aceras se levantan debido a las raíces de los árboles. Por eso, estamos trabajando en la reposición de arbolado que no se ha adaptado bien al medio», concluye Montalà.
Madres, padres, abuelos, niños y vecinos en general entienden que la circunstancia no afecta solo a su colectivo, sino a todos los viandantes de esta zona de expansión en el municipio.
