Los vecinos del barrio del Molí de la Torre de Cambrils llevaban más de un año con cortes de luz. Durante el mes de mayo llegaron a tener entre dos y cinco apagones por semana.
Hasta que decidieron exponer su situación al Departament de Indústria i Energia de la Generalitat. Desde entonces las afectaciones en la red se han reducido considerablemente. Aunque el problema todavía colea.
En los últimos meses, «día sí, día también» saltaba la luz en varias casas del barrio a la vez. Entre 10 o 12 viviendas se quedaban a oscuras en el mismo momento.
A algunos vecinos les saltaba el diferencial, mientras que a otros les volvía la luz al cabo de un rato. Lo que más les preocupaba es que estos apagones se produjeran cuando no estuvieran en casa.
Podrían haberse encontrado la nevera o el congelador parados. Algunos de ellos optaron por instalar un diferencial de rearme automático aunque no fueran del todo fiables.
Este fue uno de los principales temas que se trataron en la última Junta de Barri con el concejal de barrio, Josep Maria Vallès. El edil fue acompañado de un técnico de Solcamp.
El especialista explicó a los vecinos que probablemente, con el paso del tiempo, la instalación de la zona se habría quedado sin «capacidad suficiente» para dar servicio a todas las viviendas del barrio.
Y por esto se producían los apagones. Entonces se propuso a los vecinos instalar unos medidores para detectar la problemática y después si se consideraba oportuno, denunciar la situación. La auditoría les hubiera costado unos 2.600 euros en total. Desde la Associació de Veïns del Molí de la Torre pidieron al Ayuntamiento si podía asumirlo. Pero no recibieron respuesta.
Entonces fue cuando decidieron notificar la problemática al Departament de Indústria i Energia de la Generalitat. Y fue lo más efectivo. «Al día siguiente ya nos llamaron», explica Lydia Aguirre, de la Associació de Veïns del Molí de la Torre.
Endesa confirma que les llegó una notificación de la Generalitat en que se les instaba a encontrar una solución al problema. Durante los últimos meses también habían recibido muchas quejas de los vecinos. Hace dos semanas la compañía instaló pequeños aparatados soterrados en diferentes puntos del barrio para detectar posibles anomalías.
Un sistema que sirvió para descubrir algunas irregularidades de la red. Localizaron un punto donde «podía haber una avería incipiente». Se consideró que con el tiempo el desperfecto podía ir a más y se reparó. También se detectó un cable en mal estado en otro punto.
Una conexión ilegal Por otro lado, paralelamente se detectó una conexión ilegal que podría haber influido en los cortes de luz. Con todo, la compañía remarca que tras las actuaciones de los últimos días «se han reducido notablemente el número de incidencias». Señala que ahora «son mucho más espaciadas» y asegura que se hará un seguimiento para evitar que se produzcan más desperfectos.
Según tienen anotado los vecinos, el 28 de junio la luz saltó a 11 casas a la vez y el 3 de julio fueron 20 las viviendas que se quedaron a oscuras. La última incidencia que tienen registrada es la del día 12 de julio, que tan solo afectó a cinco casas. «Hemos visto algunos operarios en los últimos días. Algo van haciendo porque se ha notado una mejora», explicaba Aguirre.
Las incidencias se repetían con más frecuencia en la mitad del barrio que queda más cerca de la Riera de l’Alforja. La zona que antes era conocida como Molí de la Torre 2. Sobre todo en la calle Francesc Català Roca, la calle Artur Martorell, la calle Eladi Homs, la calle Joan Bardina o a la calle Carrasclet.
