Temían que este sería el final. Que acabarían teniendo que recoger sus tiendas, su mobilhome y olvidarse de más veranos y vacaciones junto a la playa de Coma-ruga.
Hasta el último momento han intentado resistir, llegar aun acuerdo para mantener su lugar de descanso y ocio. Pero no ha podido ser. Y eso que algunas de las familias llevaban décadas acidiendo al Càmping Sant Salvador de Coma-ruga.
La plataforma de familias afectadas por el desalojo del camping que pasó a una nueva propiedad que anunció modificaciones y una inversión que llevaba a necesitar el espacio que ocupaban esas familias durante décadas, explica que finalmente se van a ir.
Señalan que el aumento del 127% de la cuota anual que les pide la nueva propietaria del camping les hace imposible asumirlo. Y además sin prórroga para poder quedarse más allá de dos temporadas.
La cuota pasaba de 3.700 euros la temporada a 5.000. Los afectados explican que ese incremento no tenía la justificación de una mejora en sus condiciones.
Los campistas añaden que se les obligaba a reubicarse en la instalación «en zonas menos céntricas»,. Un cambio que debían afrontar ellos mismo con el traslado de las mobilhome y que calculan que supondría un costa de entre 5.000 y 6.000 euros.
Y por menos días de temporada ya que ahora es del 31 de mayo al 1 de noviembre. Por lo que ya no podrían estar en el camping desde Semana Santa hasta el 31 de mayo.
Un 90% de las 80 familias afectadas por las nuevas normas del camping han tenido que renunciar a las parcelas que han tenido durante décadas.
Durante semanas protestaron a las puertas del camping para buscar una solución. Denunciaron que la antigua propiedad del camping les animó a comprar mobilhome y cómo poco después se han visto que tiene que dejar la instalación y llevarse esas casas móviles con el coste que supone.
