El alcalde de Cambrils, Alfredo Clúa (PSC) celebra, en apenas cuatro días, el primer aniversario de su toma de posesión. El líder socialista encabeza un gobierno con 4 patas, unidas por una misma causa: evitar que Oliver Klein (NMC) repitiera al frente de la alcaldía.
Los miembros de la alianza son PSC; Junts per Cambrils, liderados Enric Daza; ERC, encabezados por Camí Mendoza; y En Comú Podem, con un único concejal: Jordi Barberà. Este encaje de siglas y personalidades ha ido superando olas de diferente tamaño hasta este jueves, cuando Barberà ha amenazado con bajarse del barco y pasar a la oposición.
El edil de los Comuns es concejal de Cultura y Educación y ha esgrimido, en una entrevista al Diari que la relación a cuatro se ha deteriorado. Asegura que no hacen equipo, sino que «las continuas deslealtades» de los líderes del gobierno (Clúa, Mendoza y Daza) al propio gobierno se deben a los intereses partidistas de cada cual.
Barberà afirma que el ejecutivo de Cambrils «puede entrar en colapso, si no hay cambios importantes en el rumbo, la gestión diaria y en la coalición con el resto de partidos que forman el gobierno local». «Si no puedo ser parte de la solución, no quiero seguir siendo parte del problema», ha dicho.
El pacto ‘anti Klein’ se consumó el 31 de mayo de 2023. Tan solo tres días después de las elecciones, ERC, PSC, Junts y En Comú Podem acordaron formar gobierno en un acuerdo inédito que llevó al socialista Alfredo Clúa a ocupar la alcaldía el 17 de junio del pasado año.
De esta forma, dejaban sin el cargo al alcalde, Oliver Klein, que había ganado las elecciones municipales con holgura al frente de Nou Moviment Ciutadà. NMC obtuvo seis concejales, la lista con más representación en esta legislatura (2023-2027). Klein no tenía mayoría absoluta (11 ediles) y requería de otros partidos para afianzar esta victoria en las urnas. No lo consiguió.
Un pacto de Klein con el PSC de Clúa (3), con un empujón del PP (2), hubiera permitido un gobierno. Con los populares y los socialistas, Klein ya había gobernado en los últimos tres años, si bien era una coalición nacida de una moción de censura en 2021, con muchas cuentas pendientes y reticencias entre los partidos y los líderes locales, tanto del gobierno como de la oposición.
Pero las cosas en política cambian, a veces, a velocidad de vértigo. Klein quería acceder de nuevo a la alcaldía y llegó a conceder que, en parte de la legislatura, Alfredo Clúa y el PSC pudieran encabezar el gobierno local. El socialista, sin embargo, no aceptó la partición y pidió a NMC la alcaldía durante toda la legislatura. No había acuerdo posible ante exigencias tan opuestas.
En medio de este enfriamiento de las relaciones entre NMC y PSC, Camí Mendoza, la alcaldesa de ERC destronada en 2021 y traicionada por Klein (que había formado parte de su ejecutivo) en la moción de censura, lanzó un órdago: ofreció la alcaldía al PSC toda la legislatura, embarcó al pacto a Junts (encabezado por un concejal huido de NMC, Enric Daza) y abrió la puerta a En Comú Podem. La suma también daba 11.
La nueva mayoría (siempre olvidándose de los dos concejales de Vox) cogía a contrapié a NMC que, de soñar con una nueva legislatura en el poder, iba a parar a la oposición, pese a ser el partido más votado (24%) y con más escaños (6).
Una vez firmado el pacto, se maquillaron las declaraciones y se rebajaron las tensiones y las venganzas entre políticos y partidos. Así empezaba la legislatura del cuatripartito de Cambrils, que ahora podría quedarse en minoría, si se marcha de la ecuación Jordi Barberà de En Comú Podem.