«El Ayuntamiento de Cambrils está al límite. Puede entrar en colapso si no hay cambios importantes en el rumbo, la gestión diaria y en la coalición con el resto de partidos que forman el gobierno local».
Así de contundente y sin margen a que haya cualquier tipo de duda se expresó ayer el concejal de Educació y Cultura del Ayuntamiento de Cambrils, Jordi Barberà, en el transcurso de una entrevista con el Diari de Tarragona donde analizó su primer año en el consistorio.
Según detalló el titular de Cultura y Educació, un año después de haber entrado a formar parte del actual gobierno con PSC, ERC y Junts, «las cosas no funcionan y el ayuntamiento no está dando respuestas como debería hacerlo», principalmente, en dos grandes áreas». Por un lado, Barberà afirmó que el área de recaudación que depende de Hacienda está cerrada, que el de compras -también en la estructura de Hacienda- no ejecuta ninguna de las licitaciones pedidas y que el de personal -a pesar de su buena dotación en capital humano- tampoco funciona como debería.
Por otro, Barberà afirmó que «las continuas deslealtades» de los cabezas de lista del consistorio que forman el gobierno hacen que se mire por los «intereses propios de cada partido y no por las respuestas que necesita la ciudadanía». De hecho, en el momento del pacto «se eligieron las concejalías en función de los intereses, la visibilidad y la notoriedad que éstas dan y no por ser personas especialistas y conocedoras del área en cuestión», aseguró.
El líder de En Comú Podem en la localidad y único concejal de la formación morada detalló que en septiembre ya empezó a notar que la acción de gobierno no funcionaba como era de esperar, pero que esta situación se ha acentuado después de Semana Santa. Por todo ello, Barberà insistió que esta situación puede desencadenar en cualquier momento en un «bloqueo absoluto» y que, o hay cambios importantes con los socios de gobierno y un giro profundo» en la dinámica general del consistorio o se plantea dejar el gobierno e ir a la oposición en los próximos meses. «Si no puedo ser parte de la solución, no quiero seguir siendo parte del problema», afirmó.
Entre los cambios que Barberà dijo que eran necesarios está el cambiar la política comunicativa del consistorio con la figura de una gerencia con más liderazgo y donde cada partido no anuncie sus prioridades públicamente sin haber un consenso previo. Según Barberà, el área de Hacienda necesita cambios y el área de Recursos Humanos también. «No nos tiene que temblar el pulso en hacer cambios contundentes y reales si estos nos llevan a mejorar», afirmó.
Clúa está por la labor
Más allá del día a día en el consistorio y con una visión más cenital de la política local, Barberà dijo que es importante recordar que 4 partidos hicieron un pacto el pasado mes de mayo para cambiar el modus operandi del anterior equipo de gobierno. «Nos unimos para cambiar la cosas y hacer una política útil para la ciudadanía, pero es del todo imposible avanzar por los problemas endémicos y estructurales que hay en el consistorio en multitud de áreas, oficinas y departamentos a los que no se les da respuesta. No hay un plan».
El concejal aseguró que la figura del alcalde, Alfredo Clúa, está siendo clave para intentar redireccionar la situación pero aún así, «no es suficiente. Busca equilibrios y mantiene unido al gobierno pero no hay un liderazgo definido, criterio único ni estrategia compartida».
Fuga constante de talento
Finalmente, Barberà también lamentó que la fuga de talento que sufre el consistorio es continua desde hace meses ya que «cualquier entorno de trabajo es más agradable y fácil que éste porque se interponen los intereses personales y la inflexibilidad de los socios de gobierno», afirmó. Barberà recordó que ya se perdió la figura de la directora del Patronat de Turisme y que hay nombres conocidos en otras áreas clave que apunta a que dejarán el consistorio en las próximas semanas.
En el caso de que Barberà salga del gobierno, PSC, ERC y Junts dejarían de estar en mayoría.