Las playas de Cunit y Calafell han aparecido cubiertas por un manto azul de velellas.
Esos organismos se caracterizan por la especie de vela en su dorso que les sirve para desplazarse impulsada a por el viento. También por el fuerte olor que desprenden.
La velella no es una medusa. Sí que posee tentáculos que le permiten atrapar el placton que forma parte esencial de su alimentación.
Las toxinas de sus células son inofensivas para el hombre, pero nunca debe entrar en contacto con heridas abiertas o con los ojos.
Tentáculos pequeños
Sus tentáculos son muy pequeño y no pueden traspasar la piel.
La llegada de miles de velellas a las playas es habitual cuando llega la primavera.
La vela que posee facilita que cuando sopla el garbí (de mar a tierra) desplace a la orilla a los grandes bancos.
Normalmente la velella se desplaza mar adentro en grandes bancos hasta que el viento las impulsa hacia tierra.
Al quedar varadas en la orilla mueren de manera rápida. Su descomposición es la causante del fuerte olor.